La actividad antimicrobiana de las plantas terapéuticas ha sido una preocupación mundial y es que las enfermedades infecciosas son una de las principales causas de mortalidad en esta sociedad. Entre ellas se encuentra las infecciones respiratorias como la bronquitis, la neumonía y la gripe, causadas por virus y bacterias; así como el VIH y las infecciones diarreicas que producen deshidratación y malnutrición. Es sorprendente, pero cada año mueren cerca de 1,5 millones de personas por una “simple” diarrea.

por Becca Wall

Por todo ello, existe una necesidad continua para descubrir nuevos compuestos antibacterianos y antifúngicos que inhiban el crecimiento de las bacterias y así se controlen las recientes enfermedades infecciosas descubiertas.

 Es aquí donde juega un papel muy importe la planta cannabis sativa L. Esta planta herbácea, (mayormente) dioica y anual pertenece a la familia cannabinaceae. Comúnmente es conocida por la poderosa sustancia psicoactiva que en ella se alberga, el tetrahidrocannabinol,  pero durante muchos años se cultivó principalmente por sus fibras que se utilizaron en la producción de distintos elementos cotidianos como la cuerda, las vestimentas y las velas de barco

Sin embargo, en la actualidad, esta planta es calumniada, detestada en muchos lugares de nuestro planeta y se utilizan grandes sumas de dinero y esfuerzos para destruir su producción, suministro, comercialización y consumo.

Las hojas de cannabis son utilizadas por sus efectos como astringente, tónico, afrodisíaco y analgésico. Además, se utilizan en convulsiones, otalgia (dolor de oídos), trastornos abdominales, malaria, fiebre, enfermedades de la piel, diarrea…

Entre los últimos usos conocidos del cannabis se encuentra la fórmula activa de un champú utilizado para el crecimiento y la nutrición capilar incluyendo otros fines cosméticos como antiarrugas, cremas hidratantes, bálsamos labiales…

La marihuana ha sido reconocida como un buen antibacteriano en diversos estudios por contener sustancias que inhiben el crecimiento y desarrollo de las bacterias. Estas sustancias son los cannabinoides, elementos de naturaleza química que se enlazan con los receptores cannabinoides del cuerpo y del cerebro.

Como se muestra en la ilustración 3. (Autor: Gonn) “curva de crecimiento bacteriano”, las bacterias disponen de cuatro fases en su ciclo de vida: en la fase de adaptación, las bacterias se adaptan a las condiciones de crecimiento. Es el período en el que las bacterias individuales están madurando y no tienen aún la posibilidad de dividirse.

La fase exponencial en la que tiene lugar la duplicación celular. El número de nuevas bacterias que aparecen por unidad de tiempo es proporcional a la población actual. Si el crecimiento no se limita, la duplicación continuará a un ritmo constante, por lo tanto el número de células de la población se duplica con cada período de tiempo consecutivo. Para este tipo de crecimiento exponencial, la representación gráfica genera una línea recta. El crecimiento exponencial no puede continuar indefinidamente porque el medio llega pronto al agotamiento de nutrientes mientras se acumulan los desechos.

Durante la fase estacionaria, la tasa de crecimiento disminuye como consecuencia del agotamiento de nutrientes y la acumulación de productos tóxicos. Esta fase se caracteriza por un valor constante del número de bacterias a medida que la tasa de crecimiento de las bacterias se iguala con la tasa de muerte bacteriana. Y, por último, la fase de muerte celular, en la que las bacterias se quedan sin nutrientes y mueren.

Es en la fase exponencial donde actúan los cannabinoides del cannabis, impidiendo el correcto seguimiento de la curva de crecimiento bacteriano y, por consiguiente, el paso a la muerte celular.

Entre los distintos tipos de cannabinoides se encuentran el cannabidiol, cannabicromeno, cannabigerol, tetrahidrocannabinol y cannabinol, que presentan la pieza clave en el estudio de la actividad antimicrobiana.

Pero fue el estudio realizado por el Departamento de Microbiología en la Universidad de Hazar,a en Pakistán, el que comprobó la capacidad antibacteriana de los extractos de hoja de cannabis.

Esto ocurre por la existencia de una fracción ácida, que es el ácido cannabidiólico. Esta fracción reside en el extracto de la hoja del cannabis, que dificulta el desarrollo de las bacterias y de la presencia de metabolitos secundarios que son compuestos orgánicos sintetizados durante el crecimiento de las bacterias. El ácido cannabidiólico se halla en el material químico de la planta. 

Todos los cannabinoides citados anteriormente (como son el cannabidiol, cannabicromeno, cannabigerol, tetrahidrocannabinol y cannabinol) mostraron una actividad antimicrobiana contra cepas de bacterias infecciosas, como son Mycobacterium tuberculosis (responsable de la tuberculosis), Escherichia coli (causante de la diarrea hemorrágica y la insuficiencia renal), Pseudomounas aeruginosa (responsable de infecciones en vías respiratorias) y Proteus vulgar (causante de absceso renal).

 Para observar la eficiencia del extracto de cannabis como inhibidor del crecimiento en Escherichia coli se utilizó una placa de agar. Esta es una placa utilizada en microbiología que contiene los nutrientes esenciales para cultivar microorganismos. El ácido cannabidiólico, como se puede observar en la ilustración 8 (Autor: Muhammad Naveed), en la parte izquierda de la placa forma un halo alrededor del extracto (en color verde oscuro), impidiendo así el crecimiento bacteriano que aparece en el resto de la placa como colonias blancas pequeñas y de morfología redondeada.

Los agentes antibacterianos disponibles actualmente en el mercado como fármacos, detergentes y enjuagues bucales están siendo limitados debido a su toxicidad, a su baja efectividad y a su alto coste en caso de un tratamiento prolongado. Por ello, es necesario el descubrimiento de una potente terapia alternativa como es el caso de las terapias de origen vegetal que forman parte del desarrollo sostenible con el medio ambiente, con la salud y que, además, representa un gran avance ya que se puede satisfacer la demanda existente de los comercios actuales.
Ya existen las investigaciones con cannabis en las que se están realizando la identificación de compuestos responsables que se utilizan como medicamentos para controlar una amplia gama de enfermedades en el mundo.
REFERENCIAS

Muhammad Naveed*, Tahir Ali Khan, Izhar Ali, Adil Hassan, Hamid Ali, Zaheer Ud Din, Zohaib Hassan, Shumaila Tabassum, Saqib, Abdul Majid, Mujaddad Ur Rehman. (2014). “In vitro antibacterial activity of Cannabis sativa leaf extracts to some selective pathogenicbacterial strains”. International Journal of Biosciences, 4, 65-70. 27/09/2015, De insspub Base de datos.

Roger Pertwee. (2014). Handbook of Cannabis. Oxford: Oxford University press.

 

Un antimicrobiano natural: el ácido cannabidiólico

por Becca Wall

La actividad antimicrobiana de las plantas terapéuticas ha sido una preocupación mundial y es que las enfermedades infecciosas son una de las principales causas de mortalidad en esta sociedad. Entre ellas se encuentra las infecciones respiratorias como la bronquitis, la neumonía y la gripe, causadas por virus y bacterias; así como el VIH y las infecciones diarreicas que producen deshidratación y malnutrición. Es sorprendente, pero cada año mueren cerca de 1,5 millones de personas por una “simple” diarrea.

Por todo ello, existe una necesidad continua para descubrir nuevos compuestos antibacterianos y antifúngicos que inhiban el crecimiento de las bacterias y así se controlen las recientes enfermedades infecciosas descubiertas.

Es aquí donde juega un papel muy importe la planta cannabis sativa L. Esta planta herbácea, (mayormente) dioica y anual pertenece a la familia cannabinaceae. Comúnmente es conocida por la poderosa sustancia psicoactiva que en ella se alberga, el tetrahidrocannabinol,  pero durante muchos años se cultivó principalmente por sus fibras que se utilizaron en la producción de distintos elementos cotidianos como la cuerda, las vestimentas y las velas de barco.

Ilustración 1. Autor: Natrij

Sin embargo, en la actualidad, esta planta es calumniada, detestada en muchos lugares de nuestro planeta y se utilizan grandes sumas de dinero y esfuerzos para destruir su producción, suministro, comercialización y consumo.

Las hojas de cannabis son utilizadas por sus efectos como astringente, tónico, afrodisíaco y analgésico. Además, se utilizan en convulsiones, otalgia (dolor de oídos), trastornos abdominales, malaria, fiebre, enfermedades de la piel, diarrea…

Ilustración 2. Autor: Mjpresson

Entre los últimos usos conocidos del cannabis se encuentra la fórmula activa de un champú utilizado para el crecimiento y la nutrición capilar incluyendo otros fines cosméticos como antiarrugas, cremas hidratantes, bálsamos labiales…

La marihuana ha sido reconocida como un buen antibacteriano en diversos estudios por contener sustancias que inhiben el crecimiento y desarrollo de las bacterias. Estas sustancias son los cannabinoides, elementos de naturaleza química que se enlazan con los receptores cannabinoides del cuerpo y del cerebro.

Como se muestra en la ilustración 3. (Autor: Gonn) “curva de crecimiento bacteriano”, las bacterias disponen de cuatro fases en su ciclo de vida: en la fase de adaptación, las bacterias se adaptan a las condiciones de crecimiento. Es el período en el que las bacterias individuales están madurando y no tienen aún la posibilidad de dividirse.

La fase exponencial en la que tiene lugar la duplicación celular. El número de nuevas bacterias que aparecen por unidad de tiempo es proporcional a la población actual. Si el crecimiento no se limita, la duplicación continuará a un ritmo constante, por lo tanto el número de células de la población se duplica con cada período de tiempo consecutivo. Para este tipo de crecimiento exponencial, la representación gráfica genera una línea recta. El crecimiento exponencial no puede continuar indefinidamente porque el medio llega pronto al agotamiento de nutrientes mientras se acumulan los desechos.

Durante la fase estacionaria, la tasa de crecimiento disminuye como consecuencia del agotamiento de nutrientes y la acumulación de productos tóxicos. Esta fase se caracteriza por un valor constante del número de bacterias a medida que la tasa de crecimiento de las bacterias se iguala con la tasa de muerte bacteriana. Y, por último, la fase de muerte celular, en la que las bacterias se quedan sin nutrientes y mueren.

Es en la fase exponencial donde actúan los cannabinoides del cannabis, impidiendo el correcto seguimiento de la curva de crecimiento bacteriano y, por consiguiente, el paso a la muerte celular.

Entre los distintos tipos de cannabinoides se encuentran el cannabidiol, cannabicromeno, cannabigerol, tetrahidrocannabinol y cannabinol, que presentan la pieza clave en el estudio de la actividad antimicrobiana.

Pero fue el estudio realizado por el Departamento de Microbiología en la Universidad de Hazar,a en Pakistán, el que comprobó la capacidad antibacteriana de los extractos de hoja de cannabis.

Esto ocurre por la existencia de una fracción ácida, que es el ácido cannabidiólico. Esta fracción reside en el extracto de la hoja del cannabis, que dificulta el desarrollo de las bacterias y de la presencia de metabolitos secundarios que son compuestos orgánicos sintetizados durante el crecimiento de las bacterias. El ácido cannabidiólico se halla en el material químico de la planta. 

Todos los cannabinoides citados anteriormente (como son el cannabidiol, cannabicromeno, cannabigerol, tetrahidrocannabinol y cannabinol) mostraron una actividad antimicrobiana contra cepas de bacterias infecciosas, como son Mycobacterium tuberculosis (responsable de la tuberculosis), Escherichia coli (causante de la diarrea hemorrágica y la insuficiencia renal), Pseudomounas aeruginosa (responsable de infecciones en vías respiratorias) y Proteus vulgar (causante de absceso renal).

Ilustraciones 4, 5, 6 y 7. Autores: Janice Haney Carr (4), Eric Erbe (5), Koli (6), Geroge Kubica (7).

Para observar la eficiencia del extracto de cannabis como inhibidor del crecimiento en Escherichia coli se utilizó una placa de agar. Esta es una placa utilizada en microbiología que contiene los nutrientes esenciales para cultivar microorganismos. El ácido cannabidiólico, como se puede observar en la ilustración 8 (Autor: Muhammad Naveed), en la parte izquierda de la placa forma un halo alrededor del extracto (en color verde oscuro), impidiendo así el crecimiento bacteriano que aparece en el resto de la placa como colonias blancas pequeñas y de morfología redondeada.

Los agentes antibacterianos disponibles actualmente en el mercado como fármacos, detergentes y enjuagues bucales están siendo limitados debido a su toxicidad, a su baja efectividad y a su alto coste en caso de un tratamiento prolongado. Por ello, es necesario el descubrimiento de una potente terapia alternativa como es el caso de las terapias de origen vegetal que forman parte del desarrollo sostenible con el medio ambiente, con la salud y que, además, representa un gran avance ya que se puede satisfacer la demanda existente de los comercios actuales.
Ya existen las investigaciones con cannabis en las que se están realizando la identificación de compuestos responsables que se utilizan como medicamentos para controlar una amplia gama de enfermedades en el mundo.

REFERENCIAS

Muhammad Naveed*, Tahir Ali Khan, Izhar Ali, Adil Hassan, Hamid Ali, Zaheer Ud Din, Zohaib Hassan, Shumaila Tabassum, Saqib, Abdul Majid, Mujaddad Ur Rehman. (2014). “In vitro antibacterial activity of Cannabis sativa leaf extracts to some selective pathogenicbacterial strains”. International Journal of Biosciences, 4, 65-70. 27/09/2015, De insspub Base de datos.

Roger Pertwee. (2014). Handbook of Cannabis. Oxford: Oxford University press.

DESTACADOS

Las hojas de cannabis son utilizadas por sus efectos como astringente, tónico, afrodisíaco y analgésico

Entre los últimos usos conocidos del cannabis se encuentra la fórmula activa de un champú utilizado para el crecimiento y la nutrición capilar

La marihuana ha sido reconocida como un buen antibacteriano en diversos estudios por contener sustancias que inhiben el crecimiento y desarrollo de las bacterias

el cannabidiol, cannabicromeno, cannabigerol, tetrahidrocannabinol y cannabinol presentan la pieza clave en el estudio de la actividad antimicrobiana

una fracción ácida, que es el ácido cannabidiólico, dificulta el desarrollo de las bacterias y de la presencia de metabolitos secundarios

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.