Cuarto caso. Cuarto Informe. Esta vez la cosa va de sexo, insectos, afrodisíacos, venenos, estafas, chinos, aspiradoras, robots… todo ello, por supuesto, abordado desde una perspectiva de género. No se lo pierdan.

Por Eduardo Hidalgo

Riiiiing, riiiiiing…

       Alloooooo

       ¿Edward Highdalgo?

       Highdalgo… ¿y eso, mi tron?

       Nada, se me acaba de ocurrir, como siempre vas puesto de algo…

       Ja, ja, ja, ¡como te pasas, mamonazo! Además, como si tú no pusieras tu granito de arena. A ver, si no, Raúlsito, para qué me llamas. Venga, dilo, ¿qué quieres que me tome ahora?

       Spanish fly.

       En cristiano: mosca española.

       En efesto.

       Cantaridina.

       Tú lo has dicho.

       Pues lo llevas claro si te crees que me vas a poner a follar para tu revista.

       Lo que quiero es un informe, Highdalgo, lo que tengas que hacer para elaborarlo ni me va ni me viene. Así que, tú mismo.

       Perfecto, pues.

       Aunque, espera… eso que has dicho de follar para mi revista no suena nada mal. Hmmm, pero nada mal… igual te defenestro como investigador y te pongo al cargo de una sección verde-marihuana, algo moderno, en plan porno para tías, que es lo que se lleva ahora. Déjame que le de un par de vueltas y te digo.

       Ha, ha, ha, ha que te folle un facha, cabronazo. Clic.

       ¡¡¡Mecagüen… -pedazo sección que le ofrezco y el tontolapolla me cuelga el teléfono…- su puta calavera!!! Clac.

Ja, ja, ja, el Raúl y sus ocurrencias, tremendo friky. Éste, más que ir siempre puesto de algo, se debió de caer en la marmita de ponche de ácido lisérgico cuando aún era un chaval, porque regir, lo que es regir como la gente normal, yo no le he visto hacerlo en mi vida. Pero, oye, ahí va, el tío… Bueno, ¿qué cojones “ahí va”?, si el menda es mi puto jefe. Joder, creo que debería pensar un poco sobre todo esto, que seguro que “significa” algo…, peeeeero tendrá que ser en otro momento, que ahora tengo que tomarme la spanish fly y luego hacer el informe. Andando pues a la sex-shop.

Bueno, quien dice andando, dice clicando, total, me va a costar lo mismo si pago el tren de ida y vuelta que si me lo traen a casa los de MRW… De modo que, alabados sean Internet y el sedentarismo.

Google: “comprar spanish fly”. Ya está, en esta web lo tienen, mira tú qué rápido.

Descripción del producto:

«Ahora gozar es doble con el Spanish Fly. Este legendario filtro del amor, que desde hace siglos es famoso por su nombre y como estimulador de la lujuria, está ahora disponible en 10 fragancias distintas. Estos sabores estimulan aún más el deseo y el transporte tuyo y de tu pareja, dando una atmósfera paradisíaca y añadiendo lujuria a ambos. El Spanish Fly tropical kiwi, por ejemplo, es ideal en bebidas de fiesta al borde de la piscina para hacer el amor mucho más intensamente y para una lluvia de dulces besos. Elige ahora tu sabor preferido: caramelo, fresca manzana, chocolate, mix de arándano, placer de piña, sueño de fresa, romántica frambuesa, kiwi tropical, plátano del atardecer y cola. Dosificación: Aplicar 1 ml (5 a 7 gotas) debajo de la lengua, aproximadamente 30 minutos antes de la actividad sexual. No apliques más de 2 veces en 24 horas».

No sé, no sé… ¿plátano del atardecer o cola? Ehmmmm… Creo que mejor cola, sí, cola, que el plátano igual es demasiado empalagoso. Pues, hala, no se hable más: cola, se ha dicho. Doble clic y en un par de días lo tengo en casa. Mientras llega, seguiremos el procedimiento habitual y nos documentaremos un poco sobre el asunto. Esta vez empezaremos por los testimonios de los “presuntos” usuarios, y luego entraremos en materia, en la teoría pura y dura, quiero decir; para, finalmente, acabar con la práctica en toda regla. Vamos, pues, a ver qué cuenta la peña…

«Soy albañil, pero, a pesar de eso, nunca tenía suerte con las mujeres en la vida real. Hasta que descubrí el Spanish Fly y ya no hay noche en que no trinque. Sencillamente, las chatis no se me resisten». Saturnino Barragán, 37 años.

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«Como taxista uno se pasa la vida llevando gente a hoteles, pero a nosotros nunca nos toca. Sin embargo, una vez, un cliente me recomendó el Spanish Fly y todo cambió. Ahora soy yo el que se deja llevar a los hotelitos por las complacientes pasajeras». Javier Garcés, 45 años.

«Yo era un simple NERD, todo el día con la PC y tocándome. Mi miembro parecía un joystick. Había perdido toda esperanza, pero un día recibí un SPAM del Spanish Fly y nunca más volví a ser el mismo. Desde que lo uso tengo una jauría de teens, MILFs y matures esperándome después del laburo». Anakin Simpson, 28 años.

«Estos testimonios demuestran que Spanish Fly puede cambiar tu vida. ¿A qué esperas para hacer el pedido? Promoción: si mencionas el foro no solo te llevarás el frasco de 33 ml para un mes, sino que también te llevarás otro, para un mes más, de REGALO. Oferta limitada por tiempo y unidades. Si además lo compras hoy, te llevas gratis el libro de Jorge Annet, Cómo seducir a las mujeres de tus amigos. Aprovecha esta OPORTUNIDAD ÚNICA».

Increíbles testimonios –y nunca mejor dicho-, pero es bien cierto que son sólo de tíos y el Informe debería ser lo más completo y comprehensivo posible. De modo que, para no pasar por alto la perspectiva de género, hagamos una breve incursión en la web enfemenino.com y veamos qué se cuentan en ella:

«Hola, compré los afrodisíacos “Spanish fly desire” y “Spanish fly hot pasion”, y ni mi novio ni yo notamos nada. Quería saber si alguien los ha probado para ver qué tal le ha ido. Graciasss». NoeliaTc.

«Hola wapa, yo también los compré y tampoco surtieron efecto. Aunque es el más utilizado no tengo buenas referencias». Suzy-Love.

«¿Tu aspirador es tu peor pesadilla? Aspiradoras vs Robot Aspiradores. Ventajas e inconvenientes. Descúbrelos: 1 – Un inconveniente de las aspiradoras es que no avisan de qué zonas de la casa están más sucias. Los robots inteligentes si. 2 – Seguro que más de una vez has dado un golpe con la aspiradora a una mesa o a algún jarrón… ¡Con los robot aspiradores nunca te pasará! 3 – Gracias a su capacidad de programación, los robots te permiten tener más vida social. Después de haberte informado, ¿Tú con cual te quedas?».

Vaya, pues ahora me ponen en una disyuntiva. Yo, que siempre he sido de aspiradora de toda la vida, igual debería actualizarme, que esto de los robots promete… y mucho, a tenor de lo que cuentan Saturnino Barragán y otros compadres, casi tanto como la Spanish fly. Pero, en fin, dejemos la domótica para otro momento y, ahora, si les parece, pasemos a ver qué dicen sobre “la mosca española” los científicos, historiadores, eruditos, sabihondos en general, y demás ratas de laboratorio y biblioteca.

Pues, de entrada y jodiendo la marrana como siempre, resulta que comienzan por decirnos que la mosca española ni es una mosca ni es española. Así que… empezamos bien. Al parecer es un escarabajo y habita otros tantos países, además del estado español y Catalunya. Por lo demás, resulta que el bicho en sí es de un color verde metálico, casi fosforito, lo cual, según los códigos de la naturaleza, ya nos pone sobre aviso: YU-YU. Ya que, por norma general, ahí fuera, los colores chillones equivalen a sustancias tóxicas. Y, en efecto, eso es lo que contienen estos insectos (Lytta vesicatoria, cantárida en castellano llano) y toda su familia (Meloidae, compuesta por más de 1.500 especies de coleópteros que, por lo demás, pueblan casi todo el orbe), un tóxico: la cantaridina. Un compuesto fuertemente irritante, tanto como para producir la muerte de una persona o un caballo si se consume la dosis suficiente (LD 50 en humanos: 0,5 mg/Kg, siendo 10 mg una dosis potencialmente letal). Los bichos, de una parte, lo usan como sistema de defensa cuando se sienten amenazados; y, de otra, lo utilizan como método de protección en la puesta de huevos. En concreto, en época de apareamiento, los machos muestran a las hembras sus glándulas de cantaridina. Si están rebosantes, la hembra acepta el envite, ya que en la cópula recibirá una buena cantidad de sustancia tóxica que terminará recubriendo los huevos y los preservará de los depredadores. Por el contrario, si las glándulas del macho son pobres en cantaridina, sencillamente no habrá temita ni rollito. Es decir, que, en última instancia, el potencial de este producto para asegurarse el éxito con las damas está fuera de toda duda -siempre que hablemos de escarabajos, claro está-.

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Otra cosa es si hablamos de personas… Entre nosotros, los humanos, el uso de la cantárida se remonta hasta tiempos de Mari Castaña. Por lo menos hasta la época de los griegos, los romanos y demás clásicos, entre quienes era usado para crear ampollas (y, con ello, extraer líquidos corporales y “eliminar o equilibrar los humores” del organismo), aparte de como veneno y abortivo. Actualmente, aunque la FDA norteamericana y la Agencia Española del Medicamento no le reconocen ninguna utilidad (y aunque, por lo que se da a entender en la Red, en muchos países su uso debe de estar directamente prohibido), todavía es dispensado por algunas farmacias como ingrediente de una fórmula magistral destinada a eliminar verrugas y tatuajes (y con esto lo decimos todo sobre su poder “corrosivo”). Últimamente también es objeto de estudio e investigación por sus supuestas propiedades anti-tumorales (más de lo mismo).

La cuestión es que, si aplicada por vía tópica produce ampollas, administrada por vía oral produce irritación del aparato gastrointestinal y genito-urinario, e inflama todas las mucosas con las que entra en contacto, entre ellas la uretral, lo cual, a su vez, genera picor e inflamación de los genitales (y, en los varones, incluso erecciones espontáneas, duraderas y… dolorosas). Estos últimos efectos, que perfecta y comprensiblemente pueden ser interpretados como un claro caso de «no veas como me pica el chichi, qué cachonda estoy», son los que le dieron a esta sustancia fama de afrodisíaco total. Y, de hecho, como tal fue empleado durante siglos, hasta que terminó por caer en desuso debido a los frecuentes envenenamientos –a veces de consecuencias fatales- asociados a su utilización.

Hoy en día, la cantaridina pura y dura puede comprarse a proveedores de productos químicos que operan por Internet, pero, por lo general, el cliente debe acreditar que los va a usar para investigación y cosas parecidas. Evidentemente, también hay webs chinas que la venden por kilos y toneladas, aunque -igual de evidentemente- su fiabilidad y calidad son… pues eso, “del chino”. En cualquiera de los casos, se lo tomen ustedes como se lo tomen, no seré yo quien me tome las molestias de adquirir cantaridina para experimentar un posible priapismo, y de paso jugarme el riñón, los intestinos y la vida misma. En su lugar, no obstante, me ocuparé de catar la versión moderna, light, segura y políticamente correcta de la Spanish fly. Esa con sabor a fresa, a chocolate mix y a kiwi tropical. Esa que, a día de hoy, se comercializa, se distribuye, se compra y se vende a raudales y que únicamente está compuesta de vitamina C, L-arginina y polladas por el estilo. Esa misma que encargué y que, esta vez sí, me llegó puntualmente y que hace un rato me acabo de administrar vía sublingual. De modo que, si me disculpan un momento, me retiraré a mis aposentos y luego les cuento.

Ya está. De tal manera que, como había prometido, les cuento. Nada, que me metí en YouPorn a ver unos videos de glam-core (perdón, pero es que eso de de salir a follar de verdad me daba palo, que luego me salen novias y ya no tengo más casas, hijos ni pensiones que darles, ha, ha, ha) y… tenían razón las chicas de enfemenino.com. Vamos, que fantástico, como siempre, pero sin ningún añadido extra. Y es que, aun cuando la L-arginina pueda tener alguna utilidad en el tratamiento de los problemas de erección (que ni lo sé ni me importa), pues yo no me he enterado, supongo que porque, a pesar de fumar Fortuna, no los tengo. En fin, que un timo. Bueno, relativamente, porque el liquidillo tiene el mismo sabor que esos antiguos y exquisitos caramelos rectangulares de cola. Así que, gotita a gotita, me lo estoy pasando como un enano. Igual o mejor que el sexo, oigan, y mucho menos sudoroso.

Acerca del autor

Eduardo Hidalgo
Yonki politoxicómano. Renunció forzosamente a la ominitoxicomanía a la tierna edad de 18 años, tras sufrir una psicosis cannábica. Psicólogo, Master en Drogodependencias, Coordinador durante 10 años de Energy Control en Madrid. Es autor de varios libros y de otras tantas desgracias que mejor ni contar.