Tras la aparición en Malpica de una joven inconsciente, profesionales médicos analizan la acción de las drogas

Tras la aparición de una joven inconsciente en Malpica que pudo haber sido drogada con burundanga, se reabrió el debate sobre este tipo de drogas que afectan a la voluntad de las personas. Finalmente la Guardia Civil aseguró que no se encontraron restos de esta sustancia, aunque en las guías médicas de urgencias se establece que la sustancia permanece en sangre entre 2 y 6 horas, y en orina un máximo de 12, informa Cristina Viu, de La Voz en Carballo. Pese a esta alarma lógica, los expertos tienen claro que el enemigo público número uno no es la burundanga.

 

¿Qué drogas producen una mayor indefensión?

El catedrático de Toxicología de la Universidade de Santiago, Manuel López-Rivadulla, es conciso: hay muy pocos casos reales de burundanga, e hipnóticos como las drogas Z -zolpidem o zopiclona-, así como las benzodiacepinas, son las que provocarían una mayor indefensión «en lo que llamaríamos sumisión química activa», explica. Coinciden en este análisis de los efectos de las benzodiacepinas el psicólogo clínico y director del centro Alborada, Jesús Cancelo, y Carlos Pino, psiquiatra en la Unidad Asistencial de Drogodependencias de Pontevedra. Y ambos concuerdan en la peligrosidad del alcohol, una de las peores drogas.

¿Se detectan casos de burundanga?

«No recuerdo ni una historia clínica de tratamiento por escopolamina», dice Carlos Pino, en relación a la burundanga. Tanto esta como otras como la droga caníbal responden a casos puntuales sin patrón de consumo. Explica este psiquiatra que todas las drogas influyen en la volición, es decir, la voluntad, «quizás algunas más que otras en función de la cantidad, el patrón de consumo o la personalidad previa». Todas, desde el alcohol hasta las benzodiacepinas y los anticolinérgicos -entre los que se incluye la belladona y la escopolamina-, aunque reconoce que estos dos últimos grupos lo hacen de forma clara, al alterar el circuito de recompensa cerebral. En las unidades de atención a la drogodependencia, no obstante, este tipo de adicciones no se ven, sino que la inmensa mayoría son por alcohol, cocaína o cannabis.

El alcohol, en los agresores y en las víctimas

Jesús Cancelo recuerda claramente que no hay que buscar drogas raras o novedosas para encontrar la que los expertos consideran la más dañina, «el alcohol es la más perjudicial según el panel de expertos de la OMS», dice. Y por supuesto que afecta a la voluntad y al comportamiento. Y tanto desde el punto de vista de los agresores como desde las víctimas, «vemos sus efectos a nivel físico, en episodios de violencia, de agresividad, en accidentes de tráfico…». Se trata de una droga depresora del sistema nervioso central que acaba afectando a la capacidad de control de los impulsos «y cuando todavía es mucho peor el alcohol -añade- es con la mezcla de psicofármacos, cuando se mezclan, especialmente con las benzodiacepinas. En esos casos es tremendo porque no hay conciencia de la realidad, se altera e incluso hay problemas de amnesia», indica el psicólogo clínico.

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¿Llegan las nuevas drogas a los centros de tratamiento?

«Llevamos años preparándonos porque cada año aparecen setenta nuevas sustancias en el mercado». Pero pese a esto Jesús Cancelo admite que «lo que pueda estar ocurriendo en otras partes del mundo lo desconocemos, pero aquí no vemos ese tipo de consumo. Nuestros adictos no saben ni que existen». Flakka, droga caníbal… sustancias que se consumen de forma puntual y vinculadas al ocio, «pero desde hace años lo que nosotros tenemos en nuestros centros es cocaína, heroína, alcohol y cannabis», concluye. Y es que pese a su normalización y cercanía, el alcohol es una droga que causa estragos.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.