Una nueva entrega de los artículos dedicados al doping en el deporte. Leer todas las entregas anteriores

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Pioneros de la coca y la cocaína
 
Continúa el goteo de noticias sobre el dopaje estatal de la antigua República Democrática Alemana. En diciembre de 2006 el Comité Olímpico Alemán y la empresa farmacéutica Jenapharm, fabricante del anabolizante Oral-Turinabol —del que hemos hablado en anteriores entregas— pactaron una indemnización de 3,2 millones de euros para los atletas afectados por la red de doping organizado de la desaparecida RDA. Después de meses de investigaciones médicas, la cantidad se ha reducido a 2,9 millones de euros, y de la cifra estimada de 10.000 perjudicados sólo 157 recibirán compensación económica. El resto no ha pasado el corte de los exhaustivos reconocimientos e informes que han decidido quiénes son los afortunados. Entre los daños causados se cuentan bastantes casos de cáncer y un porcentaje de abortos muy por encima de lo normal. Según cuenta el historiador Giselher Spitzer —profesor de la Universidad de Humboldt que ha llevado a cabo un estudio sobre este lamentable asunto— la cuarta parte de los deportistas entrevistados desarrolló cáncer, el 93% padece daños óseos y la mitad de las mujeres sufrió enfermedades ginecológicas y/o perdió su identidad femenina por culpa de los andrógenos. Los problemas no se limitan a los atletas, sino también a sus hijos, que tienen enfermedades congénitas con mayor frecuencia que el resto de la población1. De todas formas, estas estadísticas hay que tratarlas con cuidado, ya que el número de deportistas entrevistado por Spitzer ha sido muy pequeño, sólo 52.

Siguiendo con la información de actualidad, contamos con un nuevo escándalo. Ahora es la atleta estadounidense Marion Jones —que consiguió en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 tres medallas de oro y dos de bronce— quien ha confesado haber mentido sobre la utilización de esteroides. Ha acabado reconociendo que tomó el anabolizante THG, también conocido como “el limpio”, entre septiembre de 2000 y julio de 2001; si bien afirma que era su entrenador, Trevor Graham, quien le administraba la droga, que ella desconocía y confundía con semillas de lino2. Como suele suceder en estas ocasiones, el deportista se exculpa y descarga responsabilidades, pero la excusa es difícil de creer. De hecho, Víctor Conte —fundador de Balco, la empresa que fabricaba el esteroide— aseguró que Jones consumió voluntariamente dicha sustancia, y que él mismo le enseñó cómo usarla. “THG” es el acrónimo de “tetrahidrogestrinona”, un anabolizante sintético de última generación, de administración inyectable y oral, obtenido a partir de la modificación de la gestrinona y la trenbolona, antaño indetectable en los controles —motivo por el que se le llamaba “el limpio”—  y empleado por numerosos deportistas de Estados Unidos con el objetivo de mejorar su rendimiento deportivo. No se sospechó de su existencia durante años, hasta que el laboratorio de la Agencia Mundial Antidopaje de Los Ángeles recibió una muestra de un remitente anónimo —que luego resultó ser Trevor Graham, el entrenador de Marion Jones—, lo cual hizo posible que las autoridades deportivas lo conocieran y desarrollaran un método de identificación. Esta es una de las razones por las que el antidoping sirve de poco: un laboratorio puede coger una sustancia incluida en la lista prohibida, realizarle una pequeña modificación química que permita mantener sus propiedades (o incluso aumentarlas) y convertirla en indetectable. De esta forma el nuevo compuesto se puede utilizar hasta que se tenga constancia oficial de él.

El chivatazo apuntó a los laboratorios BALCO (situados en San Francisco, Estados Unidos) como el lugar de origen del producto —a pesar de ser una empresa de suplementos nutricionales— y proporcionó los nombres de los atletas que lo estaban utilizando. Presionado por los investigadores, Víctor Conte dio una nueva lista con los atletas a los que había suministrado esta droga. El Caso Balco acabó con la carrera de Tim Montgomery —antiguo plusmarquista mundial de los 100 metros lisos, compañero sentimental de Marion Jones y padre de su hijo— y de otros deportistas y entrenadores. Ahora Jones ha admitido todo y ha devuelto sus medallas, ante lo cual el ex–recordman Ben Johnson no ha tardado en declarar que la confesión no le sorprende, y que espera que otros muchos vayan reconociendo que se dopan: “Yo creo que todos a nivel internacional usan drogas para mejorar su rendimiento, es algo generalizado y va a continuar”, afirma el canadiense3.

Para concluir el circo de este mes, Richard Pound, presidente de la Agencia Mundial Antidopaje, ha declarado que el español Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional desde 1980 hasta 2001, no luchó a fondo contra el dopaje cuando pudo, o que voluntariamente decidió no hacerlo 4.

 

Estimulantes gonadotrópicos: HCG, clomifeno y cyclofenil

 Volviendo a nuestro análisis de sustancias, en esta entrega terminamos con los esteroides y productos relacionados hablando de las drogas que se utilizan al finalizar un ciclo de anabolizantes, con el objetivo de devolver a la normalidad el eje hormonal, afectado por la introducción exógena de andrógenos. Son los estimulantes gonadotrópicos: la HCG, el clomifeno y el cyclofenil5.

La HCG (Human Chorionic Gonadotropin; Gonadotropina Coriónica Humana, en español) es una hormona que se genera en los cuerpos de las mujeres embarazadas. Su presencia es lo que indica que existe el estado de gestación, y la conocida prueba que se compra en farmacias no hace otra cosa que medir su nivel en orina. Su función es mantener la adecuada secreción de estrógenos y progestágenos durante el embarazo. Es bastante parecida a la hormona luteinizante (LH), la cual induce la producción de hormonas sexuales; de ahí su utilidad para los deportistas varones, ya que origina una mayor producción de testosterona. Cuando se interrumpe la administración de andrógenos (por ejemplo, tras un ciclo de anabolizantes) estimula a los testículos a producir testosterona y ayuda a devolverlos a su condición original, incluso si han llegado a atrofiarse. En resumen, sirve de terapia para los que se exceden con los anabolizantes gracias a que fomenta la producción endógena de hormonas cuando ésta ha quedado alterada.

Las presentaciones comerciales señalan las siguientes indicaciones terapéuticas: esterilidad funcional femenina y masculina por un mal funcionamiento de la hipófisis o por mala respuesta de las gónadas a sus órdenes; metrorragia; aborto espontáneo; amenorrea y oligomenorrea; oligospermia; azoospermia; hipogonadismo funcional; criptorquidia; impotencia y astenia sexual masculina. Sus posibles efectos secundarios incluyen irritabilidad, depresión, cefalea, edema, ginecomastia, pubertad precoz y erupciones cutáneas. Existe en España, de venta en farmacias. Su vía de administración es inyectable.

 

Referencias:

1  Información: http://www.elpais.com/articulo/deportes/Alemania/paga/dopaje/RDA/elpepudep/20071012elpepidep_6/Tes

2  Información: http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2007/10/05/masdeporte/1191538288.html

3  Declaraciones de Ben Johnson en http://www.lavanguardia.es/lv24h2007/20071013/53401717374.html

 

4  Sobre las declaracioines de Richard Pound contra Samaranch: 

 

5  Bill Philips: “Guía de Referencia Anabólica” y “Guía de los Suplementos Naturales”. Mauro Dipasquale: “Uso y detección de drogas en los deportes amateurs”

(Continuará)

 

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