La lucha del pueblo Nativo Lakota para recuperar el cáñamo tradicional (II)

Continuamos con la historia del valiente esfuerzo de Alex White Plumbe por la defensa del derecho del pueblo Lakota a cultivar cáñamo tradicional legal.

Este ha sido un intento con pleno derecho en todos los sentidos, teniendo en cuenta el contexto histórico anterior a la llegada del hombre blanco a las tierras de los amerindios, e incluso el actual.

La convención de la ONU de 1961, celebrada en Nueva York, tipificó a la planta de Cannabis sativa L. como un estupefaciente sometido a control y fiscalización, pero en el artículo 28, inciso 2, también incluye la siguiente afirmación: “La presente Convención no se aplicará al cultivo de la planta de cannabis destinado exclusivamente a fines industriales (fibra y semillas) u hortícolas”.

Alex White Plume nació en 1952 en la reserva de Pine Ridge, Dakota del Sur. Aunque la educación de su infancia se basó en el estudio profundo del idioma, la cultura y las tradiciones de los Lakota, al llegar a la mayoría de edad decidió experimentar y conocer la otra cultura en la que ha debido desenvolverse, la americana. Por eso se alistó en el ejército de los EE.UU. Su destino fue Berlín; allí decidió, en el año 1978, abandonar el cuerpo militar y volver a Pine Ridge, con su esposa alemana y su hija Jessica, como si fueran una familia más de la reserva.

Aunque ingresó en la policía de los Lakota, no duró mucho tiempo ejerciendo esta labor. Un tiempo después adoptó ciertos compromisos sociales y políticos con la sociedad de los Sioux, como agricultor, activista, y participando en la dirección política de la tribu. Fue vicepresidente de asuntos tribales de los Oglaga, desde 2004 hasta 2006, y presidente cuando el consejo tribal destituyó a Cecilia Fire Thunder en el último año citado.

Alex, de vocación agrícola, como todos sus antepasados Lakota, encontró suelos muy floculados y estériles, por lo que sus esfuerzos con la alfalfa, la cebada y el maíz fueron infructuosos; lo mismo sucedió con la cría de bisontes y caballos que no generaron grandes beneficios.

Sólo 84.000 de los 2 millones de hectáreas de la reserva son de labor, y ninguna actividad pudo mantener las necesidades de su muy numerosa familia, máxime cuando decidió no depender de los subsidios agrarios del gobierno.

Sin un suelo fértil, el sustento de los suyos no pudo basarse en la agricultura y la ganadería, aunque fueran todo un placer y formaran parte de su cultura. A las familias de la reserva les entristeció no poder vivir de unas tradiciones que amaban, y cubrir además sus necesidades gracias a ellas.

En 1998, el consejo tribal de los Oglala analiza e investiga el cáñamo, llamado por ellos “Ska Wahupta Pejuta” (“medicina dulce de raíz blanca”), y lo considera una alternativa agronómica y comercial, en el contexto de su dura realidad agrícola y social. Basándose en la soberanía total sobre sus tierras a partir del acuerdo de Fort Laramie, el consejo acabó aprobando una ordenanza Lakota que permitía el cultivo tribal de cáñamo, por la cual, en el año 2000, Pluma Blanca y su familia se convirtieron en agricultores pioneros. De este modo dieron inicio a su cultivo, el primero en EE.UU en los últimos cuarenta años, desde la ley federal antidrogas del año 1968.

Todo iba bien, hasta que en agosto la DEA penetra en la reserva -propiedad privada- y confisca la plantación, con lo que impiden que Pluma Blanca la use principalmente como alimento para sus bisontes y sus caballos. Posteriormente, el 8º Tribunal de Apelaciones justificó la acción de la DEA, aunque añadió que su protocolo podría ser perjudicial para agricultores tan particulares como Pluma Blanca.

Las violaciones a la soberanía de los Sioux y de los antiguos acuerdos de Fort Laramie (1851) han sido numerosas, como por ejemplo la invasión por la fiebre del oro. Después de todos los juicios celebrados que han tenido sentencias favorables a los Sioux Lakota, éstos se han negado a aceptar las compensaciones económicas de millones de dólares, y en su lugar han exigido al gobierno de los Estados Unidos la restitución de las propiedades usurpadas.

Los derechos de administración y autogobierno son totalmente reales y legales, pero, aunque en esos acuerdos se define expresamente la libre potestad de los nativos para cultivar cualquier alimento o especie para utilizarlo como fibra –por ejemplo cáñamo-, en realidad no se les está facilitando sus derechos. Los Sioux Oglala de Pine Ridge no pecaron de ingenuos al plantar cáñamo, sino que ejercieron su legítimo derecho al cultivo convencional, no psicoactivo, para su autoabastecimiento. Es una tremenda injusticia y una clara violación de los derechos humanos que, mientras a miles de europeos y de ciudadanos de otros países del mundo se les permite cultivar cáñamo con toda tranquilidad, al pueblo Lakota se le niegue este derecho agrícola sobre una planta tradicional. Más grave aún es el hecho de impedírselo dentro de su nación soberana, la cual ha ido empobreciéndose gradualmente debido a una política discriminatoria que desde hace ciento cincuenta años les niega sus derechos y les prohíbe la posibilidad de desarrollarse.

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Su esperanza de vida está entre 48 y 57 años, una de las mas bajas del hemisferio occidental, y tienen un porcentaje de paro del 87%. Las viviendas en precario llegan hasta el 66%. Esta situación es simplemente indignante y vergonzosa, teniendo en cuenta la crudeza de los inviernos que soporta este noble pueblo, en los que llegan a morir personas, sin que al gobierno le importe que los afectados sean veteranos de guerra, mujeres, niños o ancianos.

Pues bien, la cosa no se queda ahí, sino que en el año 2002 les notificaron hasta ocho demandas judiciales, con cargos civiles, por el cultivo de cáñamo, además de una orden judicial que le prohibía continuar con el desarrollo del cultivo.

Un equipo de rodaje de la productora Prairie Dust -del productor Courtney Hermann y la directora Suree Towfighnian- contactó con Alex para ofrecerle su apoyo, reflejar su lucha en un documental y denunciar la injusticia que estaban sufriendo. La integridad de esta familia y sus elevados ideales fueron las razones por las que esta productora puso todo sus medios para ayudarles, ya que representan el ejemplo perfecto de madurez y conciencia que Prairie Dust está tratando de plasmar en sus películas, con el propósito de educar a las futuras generaciones. La productora espera contribuir a la educación de los norteamericanos con sus documentales, y con ello fomentar un cambio social, sin olvidar la ayuda que presta a la familia White Plume en el asunto del cáñamo. Sus miembros también se ofrecen como formadores, y dan clases magistrales de interpretación y filmación a través del Lakota Media Project (LMP), para jóvenes documentalistas, con el objetivo de que ellos narren sus historias en primera persona. La misma Debra White Plume colaboró como participante y productora asociada en el documental “Standing Silent Nation”. Ella pertenece al American Indian Movement, como activista y consultora independiente para los programas federales de financiación de Pine Ridge. Debra también colabora en el LMP para jóvenes productores, además de ser profesora capacitadora en programas de conservación de la juventud. Asimismo, es delegada del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas.

Retomando la cuestión de las injusticias padecidas por Alex, por suerte para él no fue arrestado el día en que incautaron el cultivo, pero el despliegue de medios por parte de los organismos policiales fue tremendo: dos avionetas, un helicóptero militar, dos docenas de vehículos y treinta y seis agentes de la DEA, el FBI y la oficina del sheriff, bien pertrechados con chalecos antibalas y armas semiautomáticas. Con ellas apuntaron a varias personas, incluido Alex, cuando al ir a ver qué ocurría increpó a un agente que cortaba plantas.

El fiscal Ted McBride, de Dakota del Sur, argumentaba que la posición de los Estados Unidos en la aplicación de la ley sobre drogas no hace distinción entre un estado norteamericano y la reserva, ya que las leyes federales se aplican por igual y son tienen un rango superior a las leyes tribales, que pueden ser reemplazadas. Esta prepotencia enfurece profundamente al orgullo del pueblo Lakota y ahonda en las raíces de un sufrimiento que arrastran desde el último y más indigno acto de genocidio sufrido por ellos en Wounded Knee, en 1890.

En el mismo lugar, en 1973, se canalizó en forma de protestas la indignación ante tantos abusos, maltratos y promesas incumplidas, todo lo cual acabó con el injusto encarcelamiento de Leonard Peltier –que aún sigue en prisión-, icono y símbolo de resistencia de la Nación India Nativa.

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La historia del cultivo a la que nos referimos comenzó cuando la Slim Butte Land Association -del programa de viviendas de Pine Ridge- promovió la construcción de casas de cáñamo, usando cáñamo procedente de Canadá. Los defensores del proyecto propusieron incrementar las reservas de materia prima para ahorrar costes; por eso el consejo tribal promulgó la licencia tribal de cultivo del cáñamo, previa investigación, como antes indicamos. Lo más curioso es que ya crecía cáñamo industrial de forma silvestre en Pine Ridge, gracias al famoso programa “Hemp For Victory”, el cual generó tantos miles de hectáreas por todo el país que se produjo un fenómeno de deriva de semillas y se convirtió en una especie silvestre en muchos lugares. De hecho, Alex, para sembrar utilizó semillas del cáñamo silvestre de la reserva, así como grana de plantas de los humedales de Nebraska.

Dice sobre su plantación, con aires de nostalgia: “No puedo describir la belleza de aquellas plantas. Aparte de quitar alguna que otra mala hierba, no hizo falta nada más. Ni herbicidas, ni pesticidas. Simplemente crecían. Venía gente de todo el país a verlas y quedaban sobrecogidos”

Todo lo que ocurrió en torno a la destrucción de la plantación fue muy sospechoso para Alex, ya que Tom Ballanco -abogado de la reserva Pine Ridge- estaba ese mismo día en Kentucky con el conocido actor Woody Harrelson -el camarero de la serie Cheers- por otra causa relacionada con el cannabis. Woody es un reconocido activista pro cannabis, y haciendo de promotor se había comprometido a comprar la parte de madera de la producción de cáñamo industrial de Alex, a fin de construir una casa piloto hecha con ese material.

Según palabras de Tom, “ellos sabían que allí soy el único abogado y que era el único día en que no podría estar presente en Pine Ridge, lo cual constituía una buena oportunidad para la DEA, a pesar de haber tenido todo el verano para venir a cortarlo”. Finalmente, en octubre la DEA destruyó toda la producción de Alex respaldándose en una autorización dictada por un tribunal, con lo que convertían en humo todos los sueños de vida autosuficiente.

A modo de compensación ante la injusticia cometida, la asociación cooperativa de agricultores de cáñamo de Kentucky (que está en pleno proceso legal para poder cultivar) indemnizó muy generosamente a la familia White Plume regalándoles un camión de cañamiza canadiense para la bioconstrucción piloto.

Casualmente, Clinton estuvo en la reserva un año antes demostrando una cierta actitud de dominio federal sobre la zona, y, como dice Winona LaDuke, activista de la reserva de White Earth, “el discurso federal de apoyo a la soberanía india está pronunciado con lengua viperina porque sirve para que las reservas sean casinos o vertederos nucleares o de productos tóxicos, pero no para iniciativas de base con el fin de conseguir un desarrollo sostenible”

Esta historia aún no ha terminado, y merece la pena profundizar en todos sus detalles porque La Nación Sioux Oglala, según la profecía Hopi, es una de las señaladas como custodios de la misión de regeneración de la vida en la Tierra.

Referencias

http://www.pbs.org/pov/standing/video_update_lewisclark.php

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.