Promotores de la legalización de la marihuana intensifican su campaña para conseguir que Alaska, Oregon y el Distrito de Columbia (DC) aprueben en referendo el 4 de noviembre el uso recreativo de esta droga, uniéndose así a los estados de Colorado y Washington, donde ya es legal.

En una entrevista con la agencia Efe, los representantes del Proyecto Político de la Marihuana (MPP) y la Organización Nacional de Reforma de las Leyes de Marihuana(NORML) explicaron los detalles de esta campaña que pretende servir de altavoz a “la voz de la gente”.

Los referendos, que se celebran coincidiendo con las elecciones legislativas de Estados Unidos, “permitirán que se escuche la voz de la gente en lugar de la de los políticos”, afirmó el director de Comunicación de NORML, Erik Altieri.

Hasta ahora, en Alaska, Oregon y el Distrito de Columbia, como en otros veinte estados, se permite el consumo de cannabis para fines medicinales y existen dispensarios que lo proveen a enfermos.

Sin embargo, a partir de noviembre la capital del país y los estados de Alaska y Oregon podrían unirse a los de Colorado y Washington, que aprobaron en noviembre de 2012 el consumo de pequeñas cantidades de marihuana con fines recreativos.

Para borrar esta línea entre el uso medicinal y el destinado al ocio, las organizaciones por el libre uso de la marihuana publican en prensa y en periódicos digitales continuos anuncios para movilizar al voto.

“Un fumador de hierba es arrestado cada cinco minutos y te preguntas por qué nos emparanoyamos (sic)”, es el mensaje que puede leerse en uno de los carteles que cuelgan de la oficina de NORML, en pleno corazón de la capital de Estados Unidos.

“Fin al arresto de los fumadores responsables”, reza esta pancarta, que pretende poner sobre la mesa uno de los argumentos que esgrimen diferentes grupos promarihuana y asociaciones de derechos civiles.

“La legalización y la regularización de la marihuana por el estado arrebatará el producto a las empresas criminales y lo pondrá en manos de negocios responsables”, sostuvo Altieri.

A su juicio, los impuestos de los consumidores de cannabis podrían ser destinados a financiar programas educativos, a mejorar el sistema judicial o al tratamiento de adicciones.

“Legalizar la marihuana y acabar con los arrestos es increíblemente importante para la gente de color”, añadió este portavoz, quien apuntó que los negros son arrestados y enjuiciados por posesión de marihuana entre cuatro o cinco veces más que los ciudadanos blancos, a pesar de que consumen las mismas proporciones.

Al respecto, el portavoz de Marijuana Policy Project, Morgan Fox, sostuvo que la prohibición a nivel federal del consumo de cannabis al mismo nivel que heroína y cocaína es un “gran error” que ha costado “millones y millones de dólares” a las arcas públicas y golpeado a las minorías del país.

En este argumento ahondó esta semana el New York Times con un contundente editorial -titulado “Sí a los referendos sobre marihuana”- y con el que abogaba por dejar que sea cada estado el que decida para qué usos quiere permitir la marihuana.

Fox cree que existen “muchas posibilidades” de que se apruebe el uso recreativo del cannabis en estos tres estados que, sin embargo, someterán a voto iniciativas ligeramente diferentes.

Según este portavoz, Oregon y Alaska pondrían en práctica sistemas muy similares a los de Colorado y Washington, que podrían imponer impuestos sobre la venta de marihuana y establecerían una regulación de su cultivo y venta.

Por su parte, la ley en el Distrito de Columbia -denominada Iniciativa 71- solo permitiría la posesión de marihuana y no regularía su venta.

Esta particularidad se explica por una ley propia (“Columbia Home Rule Act”) que prohíbe que se apruebe por referéndum cualquier impuesto o regulación sobre la venta al por menor.

En este caso, el responsable de establecer la regulación sería el Ayuntamiento, que ya aprobó hace unos meses la despenalización de la posesión de marihuana en pequeñas cantidades, infracción que equiparó a las multas de tráfico.

Otra de las diferencias entre las leyes reside en la cantidad de cannabis permitida.

Según Altieri, en Alaska los mayores de 21 años podrían comprar en las tiendas una onza (30 gramos) y cultivar seis plantas, mientras que en Oregon estaría permitido poseer ocho onzas de marihuana y tener cuatro plantas.

De aprobarse el uso recreativo de la marihuana, en la capital de Estados Unidos podrían cultivarse seis plantas y comprarse en los dispensarios dos onzas (60 gramos) de cannabis.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.