Los análisis han revelado que los niveles de THC del cáñamo son algo superiores al límite autorizado para uso industrial. Los dueños del negocio y tres empleados van a tener que declarar en el juzgado investigados por posible tráfico de drogas

El Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Guardia Civil intervino y trituró el pasado miércoles las 14.000 plantas de cannabis sátiva (la mitad recolectadas y la otra mitad en crecimiento) que una empresa con capital holandés cultivaba de manera legal para uso industrial en un gran invernadero de 12.000 metros cuadrados ubicado en la localidad cincovillesa de Tauste.

El cultivo –el único de estas características autorizado en Zaragoza– fue destruido por orden del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Ejea de los Caballeros, que ha abierto diligencias por un presunto delito de tráfico de drogas contra los cuatro socios del negocio, el administrador y dos empleados tras comprobar que las plantas tenían un porcentaje de tetrahidrocannabinol (THC) algo superior al permitido para este tipo de cultivos.

Los ahora investigados pusieron en marcha el invernadero de cáñamo la pasada primavera e insisten en que han hecho todo de forma “absolutamente legal”. “Se utilizaron las semillas certificadas que exige la Unión Europea y se pidieron todos los permisos, a la DGA y al Seprona”, señala su abogado, José Cabrejas. Este insiste en que los empresarios “no tienen nada que esconder” y recuerda que hasta solicitaron ayuda a la Policía Local de Tauste y a la Guardia Civil cuando el pasado verano empezaron a ser víctimas de numerosos robos.

Según ha podido confirmar HERALDO, lo cierto es que las pesquisas que han dado lugar a la destrucción de la totalidad de las plantas –excepto una veintena, que pudieron salvarse porque se destinan a una investigación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios– se inició a raíz de los mencionados robos. Al EDOA le resultó extraño que los delincuentes tuvieran tanto interés en llevarse una marihuana que, como dicen los dueños, “no coloca”. Por ello, sus agentes tomaron algunas muestras y las mandaron a analizar en el laboratorio del Área de Sanidad de la Delegación del Gobierno en Aragón.

Los primeros análisis, practicados en septiembre, revelaron que las plantas tenían un THC superior al 0,2% permitido para el cáñamo industrial. Ello hizo que los investigadores volvieran al invernadero y tomaran muchas más muestras en diferentes sectores de la extensa plantación. Para tener la certeza de que efectivamente el cultivo podía estar fuera de la legalidad, esta vez remitieron las muestras no solo a Zaragoza sino también a Madrid. Y ha sido al recibir los resultados positivos cuando el juez ha decretado la destrucción de todo el invernadero y ha decidido tomar declaración a los dueños en calidad de imputados.

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Sin esperar al contraanálisis

Pero la decisión del instructor ha causado una enorme sorpresa a los encausados, que advierten de que los resultados de los dos laboratorios son muy distintos. Y aunque ambos detectan un porcentaje de THC superior al autorizado, sus mediciones son sensiblemente dispares. Algunas de las muestras examinadas alcanzan el 1,36%, concentración por encima del 0,2% permitido pero muy inferior al de la marihuana que se fuma, que oscila entre el 14% y el 25%.

Llama además la atención que el laboratorio de Zaragoza hable de un 1,36% de THC en el positivo más alto hallado en Tauste y que Madrid, con idéntica muestra, diga que la concentración es del 0,5%. “Esto solo puede significar una cosa, que alguno lo ha hecho mal”, señala Cabrejas. Por ello, solicitó hace unos días al juez que autorizara la designación de un perito de parte que analice de nuevo las muestras, petición que fue autorizada.

Lo que no termina de entender el letrado es que el juzgado haya mandado cortar y triturar todas las plantas sin esperar a conocer las conclusiones del contraanálisis. Máxime, explica, cuando desde que se detectaron los primero positivos, en septiembre, el instructor ya inmovilizó el cultivo, prohibiendo que saliera material del invernadero.

Más de 10 horas triturando plantas

Los agentes de la Guardia Civil se presentaron a primera hora del pasado miércoles, 28 de noviembre, en el invernadero de Tauste. Lo hicieron acompañados de la secretaria judicial y con una orden del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Ejea de los Caballeros que les autorizaba a intervenir a aprehender todas las plantas de cannabis sátiva que encontraran, “con independencia de su estado de crecimiento”. Así pues, no solo intervinieron el cultivo ya cosechado y en proceso de secado –unas 7.000 plantas–, sino también las otras 7.000 que habían sido plantadas para la nueva campaña.

La Benemérita llegó sobre las 9 de la mañana y estuvo en las instalaciones, ubicadas junto a la carretera A-126, hasta pasadas las 19.00, por lo que dedicó más de 10 horas a triturar todo el material intervenido. Para hacerlo, tuvo que contratar una máquina especial a una empresa zaragozana de jardinería.

De todas estas labores tomó nota la secretaria judicial, que también levantó acta de toda la maquinaria y herramientas halladas en el invernadero.

“Se han precipitado y nos llevan a la ruina”

El cultivo legal de cáñamo para uso industrial ha proliferado mucho durante los últimos años en España, pero apenas se había experimentado en Aragón. Según los responsables de la plantación destruida en Tauste, tan solo había un precedente en el entorno de Alcañiz. “Nosotros exploramos el mercado, vimos las múltiples salidas y decidimos probar. Teníamos ya recogida la primera cosecha y plantada la segunda. Pero esto ha sido un mazazo. Se han precipitado y nos han provocado la ruina”, asegura el administrador de la sociedad.

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Según los dueños de la explotación, la transparencia ha sido máxima desde el minuto cero. “Compramos las semillas que certifica la Unión Europea, informamos al Departamento de Agricultura de la DGA, al Seprona… En cuanto comenzaron los robos fuimos rápidamente a pedir ayuda a la Guardia Civil. ¿Alguien puede creer que si tuviéramos algo que esconder lo habríamos hecho?”, dicen.

“Si compramos las únicas semillas autorizadas y por las condiciones del terreno, del clima o lo que sea las plantas han nacido con un THC ligeramente superior al permitido, ¿a quién hay que pedir responsabilidades? Porque nosotros hemos hecho todo lo que se nos ha exigido”, indican. Los dueños del invernadero recuerdan además que, en cuanto comenzó la floración, ellos contrataron los servicios de un laboratorio para que controlara los niveles de THC. “Y siempre han sido inferiores al 0,18%”, insisten.

Los ahora investigados lamentan el vacío legal que sigue existiendo en España en cuanto al cannabis. “Las lagunas de la normativa nos han llevado a esto. Porque intentar relacionar un cultivo industrial de este tipo con un delito de tráfico de drogas nos parece una auténtica barbaridad”, comentan. Lo que también tienen claro es que ya no hay vuelta atrás y que se ha optado por la destrucción cuando había otras alternativas. De ahí que su abogado adelante que exigirá una responsabilidad patrimonial al Estado cuando todo se aclare.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.