La negativa de Sanidad esta semana a considerar el uso medicinal de la marihuana contrasta con la posición en los parlamentos autonómicos, donde el PSOE es el gran valedor de esta idea

Carola Pérez sufre de dolor crónico neuropático desde que, con 11 años, se partiera el coxis tras una aparatosa caída mientras patinaba. Ahora tiene 38 y su vida ha sido desde entonces un calvario de operaciones, dolores fantasma, inyecciones de morfina, parches de capsaicina o neuroestimuladores en la espalda. Un día descubrió que el cannabis, consumido en infusión o vaporizado —y en combinación con otros tratamientos— sí que mejoraba su calidad de vida.

Así que desde entonces lo vio claro, cumpliría las normas. Además de fundar y presidir el Observatorio Español de Cannabis Medicinal, comenzó a plantar en casa. Desde el año 2015, la Ley de Seguridad Ciudadana —popularmente conocida como Ley Mordaza— incorpora una pequeña cláusula que despenaliza el cultivo casero de marihuana siempre y cuando las plantas no se vean desde la calle.

Artículo 36.18 de la Ley de Seguridad Ciudadana de 2015.

Pero como dice Pérez, cada vez que las plantas florecen, a ella le entra el miedo. “Miedo de que empiece a oler demasiado, de que los vecinos puedan llamar a la Policía…”, ha explicado en un acto celebrado por el observatorio este martes en Madrid. “Ahora mismo en España estamos unos 120.000 pacientes tomando cannabis con propósito medicinal sin ningún tipo de control, seguridad jurídica o médica y con el estrés que genera vivir en esta ilegalidad”.

La llegada al Gobierno del PSOE el pasado mes de junio infundió, para el OECM, grandes esperanzas de que se trabajara hacia la regulación de esta sustancia para usos medicinales. Las evidencias que tenían es que este mismo partido, en muchas comunidades autónomas, se había mostrado favorable incluso a la legalización del cannabis para uso recreativo, no sólo médico. Pero la semana pasada, la ministra de Sanidad María Dolores Carcedo cerró toda posibilidad de que esto sucediera (al menos, mientras dure esta legislatura) en una entrevista con ‘El Periódico’.

En otras ocasiones recientes, la ministra ha reiterado que la marihuana “no es un medicamento” y que “no hay evidencia científica” que avalen su uso medicinal.

Pérez señala que son “tiempos convulsos” para el cannabis medicinal en nuestro país. “La postura del PSOE a lo largo de los años ha sido bastante contradictoria“.

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El debate ha cambiado mucho en tiempos recientes. Mientras hace unos años tan sólo partidos menores como Izquierda Unida o UPyD coqueteaban tímidamente con la idea de la despenalización de la marihuana, en la actualidad son Ciudadanos y Podemos —que ha tratado, sin demasiado éxito, de establecer una subcomisión en el Congreso para evaluar la regulación y venta del cannabis— quienes han asido con más fuerza el mástil de esta bandera.

La postura del PSOE con el cannabis medicinal a lo largo de los años ha sido bastante contradictoria

Además, en el último barómetro del CIS, un 84% de los españoles se mostraba a favor de regular el uso medicinal del cannabis y un 47% a favor incluso de su legalización con propósitos lúdicos. Por ello, cuando todo parecía estar a favor, desde el Observatorio Español del Cannabis Medicinal no comprenden el rechazo del partido que ostenta el Gobierno a dar un paso adelante. “Sentimos perplejidad ante la situación del cannabis medicinal en nuestro país”, dice Pérez.

Cuando el PSOE está a favor

El partido socialista ha votado a favor de regularizar el uso medicinal del cannabis en varias comunidades autónomas. En algunas mandaba y en otras era oposición. Por ejemplo, en abril de 2017 apoyó en Cantabria una proposición no de ley donde todos los partidos solicitaban al Ejecutivo que abordara esta cuestión. Un mes después votó en Andalucía a favor de una propuesta de Podemos que pedía exactamente eso. Lo mismo ocurrió en aquellos días en la Asamblea de Extremadura, donde todos los partidos, también el PP, pidieron al entonces Gobierno de Mariano Rajoy que regulara los tratamientos terapéuticos con cannabis.

Luego la contienda se trasladó a Canarias y el PSOE volvió a mostrarse a favor y lo mismo ocurrió meses después en La Rioja, donde se volvió a instar a Madrid a estudiarlo con los votos positivos del PSOE. La diputada socialista Nuria del Río insistió, además, que había que aplicar a esta cuestión una perspectiva nacional más que autonómica.

El debate ha seguido creciendo este año, y los socialistas han sido coherentes a nivel autonómico dando su apoyo a la regulación del cannabis medicinal en la Comunidad Valenciana y también en Navarra. Sus socios en cada comunidad autónoma han cambiado: muchas veces ha sido Podemos, otras muchas Ciudadanos pero también el Partido Popular se ha mostrado partidario en regiones como Cantabria, donde el diputado Eduardo Van den Eynde, enfermo de cáncer y usuario de esta sustancia, ha sido uno de los principales baluartes de la iniciativa.

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Cuando el PSOE está en contra

Además de las declaraciones de Carcedo, los socialistas en el Gobierno se han mostrado reacios a explorar la regulación del cannabis medicinal en otras ocasiones. La última fue el mes pasado, cuando Pedro Sánchez estuvo de visita oficial en Canadá, país que el 16 de noviembre legalizó el cultivo y venta de marihuana, convirtiéndose en el tercer país en hacerlo tras Uruguay y Sudáfrica. Un periodista le preguntó por el asunto y la respuesta del presidente fue: “Estoy en lo que estoy. Tengo ya suficientes problemas, por tanto, ahí me quedo“.

Joaquim Ayats y Teresa Jordá, de ERC, presentan en 2016 una proposición no de ley para la regulación del consumo y posesión del cannabis (J. J. Guillén / EFE)

Semanas antes, el PSOE se aliaba con el PP en el Congreso para meter en vía muerta la subcomisión del cannabis medicinal convocada por Podemos con el argumento de que los estudios científicos que hay al respecto no son concluyentes.

Para ilustrar esta curiosa postura, la del socialista de Schrödinger que está, al mismo tiempo, a favor y en contra de la regulación medicinal del cannabis, desde el Observatorio ponen como ejemplo a Jesús María Fernández, actualmente diputado por Navarra. En 2012, cuando desde Euskadi se mostraron partidarios de regular “el cultivo, la venta y el consumo” de marihuana, Fernández era viceconsejero de Sanidad y fue quien desveló a la opinión pública este proyecto de ley sobre adicciones: “Es mejor ordenar que prohibir”, decía entonces.

Hoy el político es el actual portavoz del PSOE en la Comisión de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y se ha vuelto mucho más escéptico sobre este asunto: “Hay que tener en cuenta los efectos de la regulación de una planta que es medicinal, pero que también está en la lista de estupefacientes y ligada a un negocio delictivo“, señaló en unas jornadas celebradas a finales del año pasado.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.