1985-1995

Por Eduardo Hidalgo

Introducción.

 “Cerca de la mitad de las pastillas de éxtasis que se venden en la calle no son tales”. “Muchas son en realidad anfetaminas o LSD, siendo además muy habitual la presencia de adulterantes”.

 

Podría decirse que estas dos frases, tomadas de Los Jóvenes y las Drogas de Síntesis: Guía para la prevención del consumo y los riesgos asociados[1], resumen el que ha venido siendo el parecer general al respecto de la pureza y la adulteración de las pastis. Aunque, tal vez, puede que pequen de moderadas y comedidas, ya que, a la hora de la verdad, probablemente hayan sido incluso más numerosos quienes no han dudado un segundo en afirmar vehementemente que, más que LSD y anfetaminas, lo que han acostumbrado a contener es matarratas, heroína, cianuro o ladrillo machacado.

La cuestión ha sido muy distinta, sin embargo, cuando, en lugar de la calidad de las pirulas, lo que ha entrado a valorarse es la del éxtasis vendido en forma de sales cristalinas (cristal). En este caso, el sentir general –al menos hasta hace unos pocos meses- era que se trataba de éxtasis puro, sin añadidos, lo cual, por otra parte, parece ser que le confierese la capacidad de producir los efectos que realmente andaba buscando todo usuario y que, dado el supuesto grado de adulteración de las pastillas, difícilmente podía encontrar consumiendo estas últimas.

Ahora bien, como ya hemos apuntado, este tipo de apreciaciones resumirían lo que ha venido siendo el parecer general, aquel que acostumbran a expresar la mayoría de los ciudadanos de a pie, los expertos en drogabusología, los medios de comunicación y, si, también un buen número de usuarios de MDMA. Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que, una cosa puede ser lo que la gente piense que contienen las diferentes presentaciones de la MDMA, y, otra muy distinta, lo que realmente contengan. En este sentido, debemos puntualizar que, en lo que a nosotros respecta, si hemos de estimar el contenido de una pasti o de una muestra de cristal, no albergamos la menor duda a la hora de decidir en quien depositamos nuestra confianza: ¿En Mercedes Milá? ¿En los folletos de la Agencia Antidroga? ¿En la vecina del quinto? ¿En el frutero? ¿En el makinero? ¿En el ravero? No. Para saber qué es lo que realmente contienen las drogas vendidas como éxtasis, depositamos nuestra confianza en aquellas instituciones o personas que se ocupan de analizar la composición de las sustancias vendidas como éxtasis. Afortunadamente, en España no faltan tales tipos de personas e instituciones, de modo que, a día de hoy, contamos con miles y miles de muestras analizadas, y, a nuestro juicio, los resultados de esos análisis constituyen el reflejo más fidedigno que pueda existir sobre la pureza y la adulteración de la MDMA del mercado negro. Así es que, con la intención de que todo aquel que esté interesado en el tema pueda tener conocimiento de lo que vienen a indicar los mencionados análisis, a continuación y a lo largo de una serie de tres artículos, trataremos de exponer un resumen de los resultados de laboratorio obtenidos desde mediados de los años 80 hasta nuestros días, de modo que quede bosquejado un fiel reflejo de la evolución histórica de la pureza y la adulteración de la MDMA en España.

Análisis del Ministerio de Sanidad y Consumo de Barcelona 1985-1992.

En su estudio sobre el perfil químico de las pastillas vendidas como éxtasis, Gamella y Roldán citan los análisis realizados por varios miembros del Laboratorio de la Delegación en Cataluña del Servicio de Restricción de Estupefacientes del Ministerio de Sanidad y Consumo entre los años 1985 y 1992. Cabe decir, no obstante, que, en este caso, los resultados de tales análisis se limitan a constatar la presencia de muestras que contienen MDMA o análogos, sin entrar a cuantificar su contenido ni a valorar el grado de adulteración. En consecuencia, resulta evidente que su valor reside, más que nada, en que constituyen una prueba irrefutable de que dichas sustancias ya estaban en circulación a mediados de los años 80.

Por otra parte, en cuanto que las muestras utilizadas para las pruebas de laboratorio procedían de incautaciones policiales, cabría entender que el progresivo incremento de la detección de los derivados anfetamínicos tipo éxtasis podría ser un buen reflejo del correlativo aumento del consumo y de la consolidación de un mercado específico para estas sustancias. Así es que, por si esta cuestión en concreto fuera de interés para el lector, a continuación reproducimos los resultados obtenidos por la sección catalana del Ministerio de Sanidad y Consumo (Tabla I).

TABLA I: Evolución de las incautaciones policiales de MDMA y análogos analizados por la sección catalana del Ministerio de Sanidad y Consumo entre 1985 y 1992.

Año MDA MDMA MDEA TOTALES
1985 16 0 0 16
1986 1 0 0 1
1987 5 0 0 5
1988 3 0 0 3
1989 4 0 0 4
1990 7 53 0 60
1991 17 564 0 581
1992 314 1.151 533 1.998

Por lo demás, estos resultados vienen a confirmar y a corroborar las opiniones vertidas por estudiosos y usuarios al respecto de que el primer derivado anfetamínico tipo éxtasis que circuló por estos lares fue la MDA y no la MDMA. De hecho, en la Tabla I puede observarse como esta última sustancia no aparece hasta entrado el año 1990 mientras que la primera se detecta ya en 1985. En la misma línea apuntan, además, los datos obtenidos por el Instituto Nacional de Toxicología, que, en un estudio en el que se revisan las 414 muestras que dicha institución recibió entre septiembre de 1985 y mayo de 1987, se encuentra una que contiene MDA[2].

Análisis del Ministerio de Sanidad y Consumo de Barcelona 1992-1994.

De nuevo, Gamella y Roldán mencionan una revisión del perfil químico de las pastillas vendidas como éxtasis durante el período 1992-1994[3]. Los análisis fueron realizados, una vez más, por la sección catalana del Ministerio de Sanidad y Consumo, sólo que, en este caso, se ofrecen datos precisos sobre la composición de tales drogas.

En esta ocasión fueron analizados los 34 tipos de comprimidos que se detectaban más frecuentemente en las incautaciones policiales. Los resultados indican que la MDEA aparece en 21 de los 34 tipos de pastillas, la MDMA en 10 y la MDA en 1. En los dos casos restantes se detecta, de una parte cafeína, anfetamina y flunitrazepam y, de otra, propoxifeno y flunitrazepam. A su vez, el contenido medio de principio activo se sitúa en torno a los 70-105 miligramos. Se demuestra, asimismo, que los excipientes más utilizados son la lactosa y la celulosa y se señala, por último, que, aún siendo muy bajo el grado de adulteración, en ocasiones se detectan fraudes en forma de comprimidos provenientes de la industria farmacéutica que, aprovechando, su similitud con las pastillas de éxtasis, habría quien trataría de venderlos como tales.

Análisis de la Comisaría General de la Policía Científica 1994-1995.

Son, otra vez, Gamella y Roldán, quienes nos facilitan los resultados obtenidos por el Laboratorio Químico de la Comisaría General de la Policía Científica al analizar, entre enero de 1994 y marzo de 1995, los derivados anfetamínicos obtenidos en 26 incautaciones policiales de 10 provincias españolas. El total de pastillas incautadas ascendía a 270.000. Los análisis demostraron que la MDEA era la sustancia que aparecía en el mayor número de partidas, seguida de la MDMA y, por último, de la MDA, (aunque también se detectó una con MBDB). Sin embargo, en lo que se refiere al número total de comprimidos, la mayor parte contenían MDMA, en segundo lugar MDEA y, muy por debajo, MDA. Cabe decir, no obstante, que la mayor de todas las partidas incautadas estaba compuesta de 155.000 pirulas que, aun cuando iban a ser vendidas como éxtasis, contenían realmente 26mg de cafeína y 14mg de anfetamina.

Por otra parte, dos de las partidas de MDEA estaban adulteradas con pequeñas cantidades de cafeína, menos de 10mg por comprimido. El resto estaban libres de adulteración alguna.

En cuanto al contenido de principio activo, los análisis detectan una cantidad media de 113mg en las partidas de MDA; de 99mg en las de MDMA; de 95,8mg en las de MDEA; y de 151,6mg en la de MBDB. Además, en relación con este aspecto, merece ser destacada la incautación en Valladolid de una partida de 4 comprimidos compuestos, cada uno de ellos, de 231mg de MDA, una dosis absolutamente descomunal.

Análisis del estudio etnográfico de Gamella y Roldán 1994-1995.

Los ya mencionados Gamella y Roldán realizaron un estudio etnográfico sobre los patrones de adquisición y consumo de las drogas de síntesis en la España de mediados de los años 90. Entre muchas otras cuestiones, los autores se ocuparon de analizar detalladamente el contenido de 89 muestras de éxtasis obtenidas de 46 puntos de venta de 11 provincias distintas. Los resultados que obtuvieron pueden consultarse en la Tabla II.

 

TABLA II: CONTENIDO DE LAS MUESTRAS DE ÉXTASIS GAMELLA Y ROLDÁN 1994-1995

 

Sustancia Nº de Casos % Todas las Muestras

Contenido

Medio en mg

MDMA 32 36,0 75,4
MDEA 26 29,2 79,9
MDA 8 9,0 59,9
MBDB 4 4,5 137,7
MDMA + Anfetamina 1 1,1 51,5/51,5
Anfetamina + Cafeína 6 6,7 24,3/10
Metanfetamina + cafeína 1 1,1 47,7/20,5
Anfetamina 1 1,1 76,4
Metanfetamina 1 1,1 25,4
Otros 9 10,1

Como puede observarse en dicha tabla, por aquel entonces más de un tercio de las muestras vendidas como éxtasis contenían MDMA; una de cada cuatro llevaban MDEA; casi una décima parte estaban compuestas de MDA y el resto eran básicamente adulteraciones o fraudes. Concretamente, en un 19,3% de los casos las cápsulas y los comprimidos vendidos como éxtasis no contenían ningún derivado anfetamínico tipo MD sino anfetamina, metanfetamina, cafeína o, la mayor parte de las veces, medicamentos como el ácido acetilsalicílico, el matamizol, el piracetam, el paracetamol, el fenobarbital y así hasta llegar a un total de 18 especialidades farmacéuticas.

Por último, en cuanto a la cantidad de principio activo, Gamella y Roldán detectan que, en el caso de la MDA, la media es de 59mg por comprimido, hallando un mínimo de 29,3mg y un máximo de 119,6mg. A su vez, las pastillas que contienen MDMA presentan una concentración mínima de 24,5mg, una máxima de 116,2mg y una media de 75,4mg. Cuando se trata de muestras con MDEA, el contenido máximo es de 159,1mg, el mínimo de 56,8mg y el medio de 79,9mg. Por último, las pastillas con MBDB contenían una media de 137,7mg; un mínimo de 108,8mg y un máximo de 183,0mg.

 

Leer Parte II


[1] Publicada por la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid y Salud Madrid en el año 2005.

[2] En cualquier caso, estos datos han de ser tomados como meramente orientativos, ya que, análisis de laboratorio realizados por otras instituciones, constatan la presencia de MDMA con anterioridad a 1990. Fernando Caudevilla cita, por ejemplo, el caso de un comprimido, analizado en Baleares en 1989, que estaba compuesto de 60 mg de MDMA y 40 de MDA.

[3] Fernando Caudevilla menciona también una revisión realizada por Cabrera al respecto de unos análisis llevados a cabo en este mismo período (concretamente en 1992) por el Instituto Nacional de Toxicología. El total de muestras analizadas era de 27 y los resultados demostraron que el 49% de las mismas contenía MDMA; el 40% MDA; el 7% PMMA y el 3% MDEA.

Acerca del autor

Fernando Caudevilla (DoctorX)
Médico de Familia y experto universitario en drogodependencias. Compagina su actividad asistencial como Médico de Familia en el Servicio Público de Salud con distintas actividades de investigación, divulgación, formación y atención directa a pacientes en campos como el chemsex, nuevas drogas, criptomercados y cannabis terapéutico, entre otros.