Buenas:

Vivo en un pueblo de Cáceres y tengo unos terrenos que acabo de heredar. El caso es que los vecinos y agricultores de la zona me dicen que el suelo de ese terreno no sirve para plantar porque está “arreciao” de cultivos anteriores.

Creo que lo que quieren decir es que el terreno está “agotado” o bien “quemado” por su uso intensivo durante años para el cultivo de hortaliza con fertilizantes químicos. Hice la prueba de poner unas tomateras este verano y murieron llenas de carencias y como quemadas.

¿Qué puedo hacer? ¿Hay alguna manera de arreglar el suelo sin gastarme un pastizal? Gracias de antemano.

Muy Buenas:

Lo que comentas es muy frecuente, sobre todo si el terreno fue usado de manera intensiva y además lleva abandonado varios años, con lo que el desequilibrio de nutrientes y su escasez es muy grande. Lo mejor sería que antes de plantar hicieras un cultivo de trigo o cebada a modo de regulador. La técnica básica se fundamenta en el hecho de que las plantas con flor consumen distintos nutrientes de las que no las producen. Simplificando, este proceso alterna los consumos de fósforo y de nitrógeno (de forma básica) permitiendo que los niveles de uno se recuperen mientras se cultiva el vegetal que consume el otro, y viceversa.

A principios del siglo XX, con la llegada de la edad industrial y los cultivos intensivos, los procesos de mejora del suelo “tradicionales” fueron siendo rápidamente sustituidos por el uso indiscriminado de fertilizantes y plaguicidas químicos que desembocó en una gran pérdida de recursos a nivel agrario dejando un devastador rastro de terrenos quemados y baldíos que se extiende hasta nuestros días.

Existen otros muchos factores que intervienen en las distintas técnicas de rotación de cultivos, como la acidez o alcalinidad del medio (pH), su efecto sobre la bioestructura del sustrato, el agotamiento de los acuíferos u otros recursos de riego, etc… pero no entraremos en ellos pues necesitaríamos un monográfico completo sobre el tema para sólo empezar a acercarnos a tan complejo asunto. Sin embargo, la reseña es importante ya que es a partir de la investigación más o menos profunda de las posibles combinaciones vegetales en un programa de rotación de cultivos de donde nacen las primeras indagaciones sobre la mejora del suelo a partir de añadidos o complementos aportados externamente, es decir, de manera artificial por la mano del hombre.

Una vez que se conocen las necesidades del cannabis en cuanto a nutrición, pH y el resto de los factores de los que depende que todo su ciclo vital se desarrolle de manera óptima, se puede empezar a pensar en modificar un suelo terreno ya existente para adecuarlo a ellas y conseguir las mejores y más productivas cosechas.

Inicialmente, la mejora del suelo se realizaría a partir del añadido de diferentes materiales orgánicos como excrementos, materia en descomposición, fermentos, cenizas, huesos molidos… El equilibrio de acidez//alcalinidad se suele solventar añadiendo cal a la tierra, usualmente ácida, de forma que se subía el pH de forma general y equilibrada.

También existen otros elementos inorgánicos que también son susceptibles de ser utilizados para adaptar y mejorar el terreno. A partir de la observación de las distintas capas o estratos del suelo y sus diferentes tonalidades, puedes a ojo saber como anda de elementos como el hierro (coloración rojiza) o el cobre (coloración verduzca).

Es muy posible que todos los elementos necesarios para regenerar tu suelo se encuentren en las granjas y explotaciones animales que seguramente existirán en tu zona.

Un Saludo y esperamos que una vez tengas tu terreno otra vez útil, lo cuides con cariño 😉

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.