Hace 15 años oíamos la música en cintas magnéticas de casete, casi nadie conocía internet y si queríamos localizar a alguien había que ir a buscarle si no cogía el teléfono de casa. Y tampoco había semillas feminizadas. Todos nos hemos preguntado en algún momento cómo hacen los bancos de semillas sus versiones feminizadas. Los que hayan profundizado un poco habrán podido comprobar que las técnicas de inversión de sexo en el cannabis se conocen ya desde hace tiempo, y que existen diferentes fórmulas basadas en distintos compuestos que consiguen que se produzcan flores del sexo contrario en plantas dioicas.

Texto y Fotos: Luis Hidalgo

Estas técnicas y estos productos son más o menos de dominio público y cualquiera con unos mínimos conocimientos de química y botánica puede utilizarlos. Sin embargo, aún cuando no son mantenidos en secreto, hasta el día de hoy, en Europa, no conocemos que se comercialicen de forma estándar para su uso general. Si bien es cierto que algunos de estos compuestos son tóxicos o difíciles de manejar y aplicar otros son totalmente inocuos y, además, están formulados y presentados de manera que su aplicación y uso son realmente sencillos. El STS o Tiosulfato de Plata es uno de ellos, y aunque no se comercialice como producto acabado, es muy fácil encontrar los componentes de la formula y hacérselo uno mismo por pocos euros.

Por esto, antes de continuar con el programa de crianza para variedades automáticas, vamos a profundizar un poco más en este tema, ya que es la clave de todo el mercado actual de semillas en España.

Origen

Por lo que conocemos, los primeros experimentos en cuanto a reversión de sexo se deben a un botánico hindú, Ram Mohan. En la India, el cáñamo o Cannabis Sativa L. crece de manera silvestre y su gobierno es especialmente permisivo con su cultivo sin necesitar ningún tipo de licencia especial. En este entorno, y rodeado de la pobreza extrema que asola la India, comenzó a ver la forma de obtener el máximo de semillas de las plantas de cáñamo y esta no era otra que la autopolinización

Como sabemos, el pertenece al grupo de las plantas “dioicas”. Este tipo de plantas tienen la característica de que los sexos masculino y femenino se encuentran separados, esto es, que unas plantas son machos y otras hembras. Los machos producen el polen y si éste alcanza una flor de una planta hembra, queda fecundada y a los pocos días se empieza a formar una semilla en su interior.

Sin embargo, Mr. Ram se dio cuenta de que algunas plantas producían flores de los dos sexos, sobre todo las hembras casi siempre acababan por formar alguna flor macho que polinizaba la planta en parte o en su totalidad. Esto le llevó a pensar que debía existir algún mecanismo por el cual una planta de un de terminado sexo era capaz bajo determinadas condiciones de producir flores del sexo contrario, y que éste debía encontrarse ligado a la bioquímica y a la genética de la planta.

El Etileno

La investigación comenzó un poco dando palos de ciego, intentando atacar las vías más lógicas que pudieran justificar el hecho de que una planta que teóricamente debería tener su sexo predeterminado genéticamente pudiera invertirlo bajo determinadas circunstancias. En ese camino, trabajó con diferentes compuestos, unos que afectaban directamente al sistema hormonal, como el ácido Giberélico, otros que alteraban estructuralmente el ADN, como el cloruro de cobalto. más tarde se dio cuenta de que realmente, además de una predisposición genética, existía otro factor que era determinante para formación de flores de uno u otro sexo: el gas etileno.

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A partir de aquel momento y hasta nuestros días, los estudios sobre la posibilidad de invertir el sexo en plantas dioicas han continuado, y gracias a sus resultados han permitido el desarrollo de productos no tóxicos, de fácil aplicación y con un alto grado de efectividad que permiten hacer que aparezcan flores macho en las hembras y flores hembra en los machos por diferentes vías. Podríamos nombrar el eliteXelite, el Staminate IT! o la solución que proporciona Cees, propietario de No Mercy Supplies, uno de los primeros bancos de semillas holandeses que lanzaron al mercado semillas feminizadas. Ahora, también en Europa, se encuentra disponible el STS.

No entraremos en una larga explicación técnica sobre los efectos del etileno, pero podemos decir que en la mayoría de las plantas dioicas, entre ellas el Cannabis Sativa L., este gas es el que controla la aparición de flores del sexo contrario al predeterminado genéticamente en una determinada planta. El gas lo produce la propia planta, pero si añadimos más gas o si impedimos que la planta lo produzca y lo asimile, podemos controlar la aparición de esas flores.

Las distintas fórmulas disponibles producen estos efectos por diferentes medios, bien bloqueando la emisión de etileno por la misma planta, bien impidiendo que éste se acople a las células evitando así su recepción. Para conseguirlo, alteran directamente el sistema hormonal o bien ejercen un control férreo sobre los factores de disparo de emisión y recepción, o simplemente saturan de etileno el entorno de la planta.

¿Qué es el STS?

El STS es una combinación de algunas de estas fórmulas y permite, a cualquier persona interesada, la producción de flores macho en plantas femeninas de cannabis sin necesidad de laboratorios o instalaciones especiales. La composición del producto, no es ningún secreto y se encuentra disponible en diferentes medios como internet. De hecho, existen ya desde hace tiempo distintos seguimientos en diferentes foros cannábicos nacionales y extranjeros de productos similares a el STS como por ejemplo en los foros de habla inglesa como el desparecido Overgrow, Cannabisworld o International Cannagraphics se realiza un seguimiento completo de diferentes inversiones a partir de soluciones de giberelinas y tiosulfato de plata.

También, utilizando este último compuesto podemos encontrar en el foro español del Cannabiscafé varios casos de inversión completa y autopolinización exitosa a nivel casero y que más tarde dio lugar a la mayoría de los bancos de semillas nacionales. Con toda seguridad otros bancos de primera línea, españoles y extranjeros, como Dinafem, Eva Seeds, Kannabia, Paradise Seeds o GreenHouse utilizan compuestos muy similares para producir sus simientes feminizadas.

En definitiva, el STS hace que las plantas hembra inviertan su sexo y produzcan flores macho en la mayoría de los casos con polen, fértil manteniendo su estructura de hembra; ahora bien, ¿Qué tiene de especial ese polen?

¿Para que sirve El STS?

A estas alturas, el Lector ya sabe que con este compuesto químico conseguirá que una determinada hembra genere flores macho. Este hecho ya justifica por si mismo su uso como mera curiosidad, pues hasta ahora sólo algunos pocos “elegidos” han tenido la oportunidad de observar los efectos de una inversión de sexo en una planta hembra de cannabis, y con El STS, cualquier cannabicultor podrá ver este fenómeno cómodamente en su domicilio, sin ningún tipo de riesgo y de una forma fácil y sencilla.

Pero si además consigue polen de esas flores, el abanico de posibilidades se abre para las mentes inquietas y los estudiosos o simplemente para aquellos que desean conocer algo más sobre la maravillosa planta que es el cáñamo. Podemos decir esto porque la fecundación de una hembra con polen obtenido de esa misma hembra tras una inversión de sexo hace que la descendencia, es decir, las semillas que se obtienen tras la fecundación, posean una serie de características que las hacen especialmente útiles.

Para comenzar, las semillas obtenidas tras utilizar el STS tienen una alta tendencia a producir plantas hembra siempre por encima del porcentaje habitual del 50% hembras/machos. Esto representa una gran ventaja para el cultivador casero para autoconsumo, ya que ahorra espacio y tiempo. Sin embargo, debemos resaltar que el hecho de obtener semillas feminizadas con calidad y garantía comercial requiere un trabajo de selección previo de los ejemplares a tratar y que el uso de los inversores de sexo es sólo una pequeña parte dentro de todo el proceso de producción de la simiente que suele durar años, durante los cuales se seleccionan y prueban una y mil veces las plantas candidatas. Sin embargo, a nivel casero se pueden conseguir plantas que aunque no tengan la excepcional calidad de las comerciales, si que cubran parte de las necesidades del cannabicultor.

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Pero quizá la característica más atrayente para el usuario casero sea la posibilidad de reproducir una determinada hembra mediante semillas prácticamente como si de esquejes se tratara. O sea, que las plantas que salgan de las simientes producidas tras utilizar el STS para invertir una hembra serán en su gran mayoría prácticamente iguales a la hembra original, casi como si fueran clones. Esto tiene una fácil y sencilla explicación: Realmente, hemos cruzado una hembra consigo misma, por lo que no existe aporte de material genético externo, y por lo tanto, lo máximo que puede suceder son pequeñas recombinaciones dentro de la información de la misma hembra. Esto hace que, aunque existan ligerísimas variaciones entre las plantas o que incluso algún ejemplar se salga de la norma, el comportamiento, la forma, los aromas, los sabores y la psicoactividad de la gran mayoría serán prácticamente iguales.

De esta forma, el cannabicultor puede producir semillas de su planta favorita y utilizarlas cuando le sea conveniente durante el programa de crianza, en lugar de tener que mantener madres durante largos años, o tener que pasar por las dificultades del esquejado y mantenimiento de clones.

Otros Usos y Aplicaciones

Hemos expuesto dos de las posibilidades que el STS ofrece, pero existen muchas más. Por ejemplo, podemos utilizarlo para crear una reserva genética de variedades de cannabis sin necesidad de disponer y conservar los molestos machos. También podemos utilizar el polen obtenido para fecundar otras hembras y obtener así híbridos de tendencia femenina sin jugar a la ruleta rusa de la polinización “tradicional”, es decir, utilizando polen de plantas masculinas que introducirán una alta variabilidad en el resultado. Al cruzar hembras con hembras podemos conocer todas las características, incluidas las psicoactivas, de los componentes del cruce, cosa que no sucede al usar machos, pues estos no muestran habitualmente su quimiotipo.

Aún existen más aplicaciones de uso, incluso fuera de la cannabicultura, pues puede ser utilizado con cualquier hembra dioica de cualquier especie vegetal. Por supuesto, el producto no ha sido diseñado para ello, pero existen algunas familias que son susceptibles de ser invertidas con él. Igualmente puede ser utilizado para alargar la conservación de algunas flores tras ser cortadas. Animamos a los Lectores a experimentar con las distintas especies vegetales y flores que la naturaleza nos ofrece.

En cualquier caso, un criador profesional de cannabis nunca utilizará la feminización como fin y sí como medio. Por decirlo más claro, en la crianza han de intervenir machos para que se recombinen las cargas genéticas de los dos parentales de manera adecuada habilitando la manifestación de todos los caracteres posibles, cosa imposible en la crianza sin machos.

La feminización, bajo nuestra humilde opinión, debería ser quizá el último paso de todo el programa de crianza, tras una rigurosa selección masal de cómo mínimo cinco generaciones.

A partir de la próxima entrega entraremos en la práctica y comenzaremos con un supuesto que todo cannabicultor podrá reproducir. Salud.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.