Segunda entrega del artículo sobre el posicionamiento de los diferentes partidos políticos, no cannábicos, frente al cannabis. Leer primera parte.

Ya observamos en el anterior número el posicionamiento que, tanto a través de sus programas electorales, como de sus acciones parlamentarias de gobierno, han mostrado PP y PSOE al respecto.

Toca ahora analizar el resto de partidos nuestro espectro político, básicamente, Izquierda Unida (IU), los diferentes partidos nacionalistas, así como otros partidos menores que también se han posicionado al respecto de este tema.

Debe destacarse y hacerse mención, y no hay mejor lugar que este artículo que relaciona partidos políticos y cannabis, la iniciativa electoral de RCN-NOK, en colaboración con un importante número de asociaciones cannábicas, respecto a la presentación de candidaturas a las próximas elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2009. Si estáis interesados en conocer los elementos principales de este acuerdo podéis ver el número anterior de esta misma revista.

Bien, prosigamos nuestro recorrido por el tratamiento que a la cuestión cannábica han dado los partidos no cannábicos.

Izquierda Unida

Izquierda Unida (IU) apareció en 1986 como una coalición de partidos de izquierda impulsada por el Partido Comunista (PCE), y que se formó tras la experiencia de unidad de diversos grupos y tendencias, socialistas de izquierda, republicanos, independientes, uno de los grandes sindicatos, Comisiones Obreras (CC.OO.), y dicha unión se hizo frente al gobierno socialista de Felipe González en la cuestión del referéndum sobre la OTAN, celebrado en el citado año.

Se trata de un partido con presencia a nivel nacional y que, si bien nunca ha desempeñado funciones de gobierno nacional (sí en varios ayuntamientos), sí ha sido un socio tradicional del PSOE para lograr las mayorías parlamentarias necesarias.

Se trata de un partido que, aún siendo considerado la tercera fuerza política de España, no es el tercer partido con más escaños, pues juega en su contra un sistema electoral como el español donde resultan beneficiados los dos partidos mayoritarios a nivel nacional y aquellos otros que cuentan con una alta concentración de votos en determinadas circunscripciones (partidos nacionalistas principalmente). Es el nuestro un sistema denominado como mayoritario atenuado, que favorece a los partidos grandes respecto a los pequeños de presencia nacional, como IU.

IU parece que apoya al movimiento cannábico, afirmación esta que podría contrastarse con diversas acciones, propuestas e iniciativas impulsadas o apoyadas por este partido, entre las que destacan las siguientes:

En los programas electorales de esta formación política aparece la cuestión de la legalización y normalización del cannabis, así, en su programa para las elecciones generales del año 2000 vemos como se indicaba que existía un “tratamiento inadecuado” sobre la política sobre drogas, proponiendo el “abandono de la política represiva”, proponiendo la legalización del consumo de drogas, la producción y la distribución de las mismas.

En el correspondiente a las elecciones generales del año 2004, en su página 7841, se habla de su propuesta de “despenalizar el consumo de drogas blandas”, que incluía la “Legalización del consumo, producción y distribución de las drogas blandas, abandonando la actual política represiva que relega todo lo que rodea al consumo de drogas al campo de la marginación y genera enormes beneficios de las mafias en el mercado negro. El Estado debe ejercer el control de la distribución de las drogas, protegiendo a los ciudadanos de forma que aquellos que deseen consumir drogas tengan la garantía de adquirir sustancias de calidad a un precio razonable (…). Se intensificará la lucha contra el narcotráfico con medidas como la derogación del secreto bancario y la lucha contra el blanqueo de dinero. Se promoverán acuerdos internacionales que regularicen los mercados de drogas de la misma forma que se hace para otros productos como el alcohol, el tabaco o los medicamentos”.

Y en el correspondiente a las elecciones generales de 2008, se habla ya claramente de “Legalización del consumo, producción, distribución, así como para el uso terapéutico del cannabis. Promocionar programas de disminución del riesgo y reducción de daño, así como programas de desintoxicación orientados a la abstinencia o, en todo caso, al consumo responsable de dicha sustancia. Prohibir la promoción y publicidad de todas las drogas”.

Además, esta formación ha llevado al Congreso de los Diputados iniciativas como la ya comentada “Proposición no de Ley sobre la legalización del consumo, producción, distribución y uso terapéutico del cannabis”, la cual, como se indicó en el artículo del número anterior de esta revista, no fue apoyada ni por PSOE, ni por PP. Es interesante recordar algunos de los contenidos de la citada propuesta, para ejemplificar así la asunción por este partido de los postulados y reivindicaciones cannábicas:

“(…) La postura prohibicionista ha sido ampliamente criticada y sus argumentos repetidamente rebatidos, especialmente en lo que se refiere al cannabis, y es indudable que las personas y organizaciones que defienden la postura antiprohibicionista son cada vez más numerosas (…).

Proposición no de Ley: El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a:

1. Adoptar las medidas legislativas necesarias para la legalización del consumo, producción, distribución, así como para el uso terapéutico del cannabis.

2. En aras de su regulación social, promocionar programas de disminución del riesgo y reducción de daño, así como programas de desintoxicación orientados a la abstinencia o, en todo caso, al consumo responsable de dicha sustancia.

3. Prohibir la promoción y publicidad de todas las drogas.”

Parece que IU es una excepción en la pauta dominante de las relaciones del movimiento cannábico y los partidos políticos, siendo este partido una vía de acceso del movimiento a las instituciones, fundamentalmente a las cámaras de representantes. En este sentido puede servir de ejemplo como Isaura Navarro, Diputada de IU, acompañó al presidente de la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC) a presentar en el Registro del Congreso un total de 18.000 firmas en favor de la legalización y normalización del cannabis.

A la vista de todo lo dicho, consideramos que puede compartirse la afirmación anteriormente recogida respecto a que IU es un partido de los de trascendencia nacional que sí ha acogido los postulados cannábicos. ¿Qué haría con tales postulados si gobernase? Esta es una pregunta que, muy probablemente, no hallará jamás respuesta.

Otros partidos

Existen otros partidos, distintos a IU, y que no son cannábicos, que han recogido también, en sus programas o propuestas, tendencias proclives a las reivindicaciones del movimiento cannábico. No se trata de una enumeración exhaustiva, sino meramente ejemplificaba que dé idea de como la cuestión cannábica ha tenido presencia en diversos partidos.

Así, por ejemplo, en el programa electoral de Los Verdes para las elecciones generales de 2008, dentro de los denominados “nuevos derechos” reivindicados por la formación política, aparece la “legalización del uso terapéutico y privado del cannabis”. Este es un partido que ha tenido contactos con el movimiento cannábico desde hace años, en este sentido, en una entrevista ofrecida por José María Mendiluce (Eurodiputado por los Verdes), este afirmaba que “La batalla del cannabis se puede ganar, si no tiramos la toalla, y en vez de pasar de la política apoyamos las alternativas realmente libertarias y radicalmente razonables. Y si luchamos también en el ámbito europeo”.

Por su parte, el Partido de la Ciudadanía, en su programa electoral para las generales de 2008 incluía, como propuesta 4.2944, el apoyo “de medidas legislativas encaminadas a la despenalización y regulación por parte del Estado de la producción y distribución del cannabis y sus derivados, tanto para su consumo particular como para su uso terapéutico. Como medidas paralelas necesarias e imprescindibles para su regulación social, promocionaremos programas de información y concienciación de las consecuencias nocivas para la salud derivadas de su consumo. Diseñaremos programas de desintoxicación y abandono del hábito, priorizando los de reducción de daños. Perseguiremos severamente el tráfico y distribución ilegal de dicha sustancia. Prohibiremos la promoción y publicidad de todas las drogas y sustancias adictivas”.

También algunos partidos nacionalistas, normalmente de ideología de izquierda, han incluido en su programa electoral propuestas concretas contra la prohibición o pro-legalizadoras y normalizadoras, así, por ejemplo, el Bloque Nacionalista Galego (BNG), en su programa electoral para las elecciones generales de 2008, presenta como una de sus propuestas de política social “revisar las políticas sobre drogas y evitar el predominio de una visión prohibicionista, regresiva y policial, actuando en varios ámbitos: (…) la derogación de la normativa que sanciona el consumo de drogas (…) y el inicio de un debate amplio para que sean evaluadas las consecuencias de la política seguida hasta ahora donde se formule la propuesta de una nueva política sobre drogas realista en la que se valoren alternativas que permitan la distribución controlada por las autoridades públicas de determinadas substancias”.

Iniciativa per Catalunya els Verds, también en su programa para las elecciones generales de 2008, recogió la propuesta de “abordar una solución definitiva proponiendo la despenalización y la legalización de la producción, venta y consumo del cannabis”.

Esquerra Republicana de Catalunya, por su parte, en su programa electoral para las elecciones generales de 2008, sin manifestar abiertamente su voluntad de legalización sí que realiza propuestas como la regulación legal de los “grow-shops”, o la eliminación del carácter represivo de las sanciones por consumo en la vía pública, sustituyendo las sanciones económicas por trabajos en beneficio de la comunidad. Debe destacarse en este punto que si bien este partido recoge estos postulados, votó en contra de la Proposición no de Ley, varias veces comentada, “sobre la legalización del consumo, producción, distribución y uso terapéutico del cannabis”.

Como puede verse, la cuestión cannábica se encuentra presente en los programas de diversos partidos “no-cannábicos”, lo que nos indica que el movimiento cannábico ha ido logrando generar alianzas y que tales alianzas han conseguido incorporar en la agenda política el debate sobe la situación actual del cannabis en España.

Si observamos los partidos en los que la cuestión cannábica ha tenido acogida, podemos ver, que las alianzas de los nuevos movimientos sociales, como el cannábico, se realizan habitualmente con partidos de izquierda, dependiendo la evolución de tales alianzas, entre otros elementos, de si el partido o partidos en cuestión se encuentran en el poder o realizando labor de oposición. De hecho, es más sencillo que los partidos apoyen a los movimientos sociales cuando se encuentran en la oposición, y que, en muchos casos, alcanzado el poder por alguno de estos partidos de izquierdas o socialdemócratas, retiran su apoyo a las reivindicaciones del movimiento social, sobre todo si para lograr el gobierno deben contar con el apoyo de partidos de centro o centro-derecha, entendemos que ello puede deberse a que las reivindicaciones de estos nuevos movimientos sociales, como las del movimiento cannábico, por ejemplo, que pueden resultar demasiado radicales para los socios conservadores, y su defensa por el partido socialdemócrata podría suponer la pérdida del apoyo de tales partidos conservadores y con ello, la pérdida del poder.

Un posible efecto que podría producir este tipo de alianzas entre partidos y el movimiento cannábico, sería el hecho de que, si los partidos asumen los postulados y exigencias del movimiento, el movimiento podría dejar de tener razón de ser, pudiendo ello llevar a una desactivación del movimiento, por cuanto muchos de sus miembros pueden entender que sus reivindicaciones se encuentran ya defendidas suficientemente por los partidos políticos en cuestión, sería esta quizás, una consecuencia indeseada de dichas alianzas.

Bien, sea como sea, lo que quisiera que quedase claro es que la cuestión cannábica no es una cuestión invisible en el ámbito político español. Los políticos son conscientes de que ahí tienen un filón, que existe un grupo significativo de votantes que estarían dispuestos a decantarse por una opción política que acogiese y defendiese los postulados de la despenalización y la normalización cannábica, y ello es algo que no debe olvidarse, pues este es, sin duda, uno de los principales valores con que cuenta el movimiento cannábico.

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