Entre finales del siglo XI y las postrimerías del XIII, caballeros cristianos de Francia, Inglaterra, Alemania e Italia lucharon contra los musulmanes para recuperar los Santos Lugares. Hubo en total ocho cruzadas.

© Isidro Marín Gutiérrez

El 27 de noviembre de 1095 en el Concilio de Clermont Urbano II se predicó y proclamó la Cruzada. Las grandes cruzadas fueron lanzadas a partir de 1096 por el deseo de los cristianos de controlar las tierras donde Jesús nació y vivió. La intención era clara, recuperara los Santos Lugares de los infieles. Urbano evocó la “desgracia de los cristianos de Oriente” y “conjura a los cristianos de Occidente a cesar en sus luchas fraticidas, a unirse para combatir a los paganos y a liberar a los hermanos de Oriente”. Esta primera expedición tuvo un éxito extraordinario al recuperar Tierra Santa y establecer en la zona un pequeño reino. La mayoría de las cruzadas fueron una ruina en todos los aspectos pero gracias a ellas hubo un mayor contacto entre Oriente y Occidente. Las cruzadas permitieron un incremento en las relaciones comerciales y culturales entre Oriente y Occidente, el desarrollo de la clase mercantil y la aparición de las primeras instituciones financieras modernas.

En la sociedad medieval las creencias y la religión eran una parte muy importante de la vida. Particularmente en la época de las cruzadas fue cuando hubo un resurgimiento del fervor religioso. Este resurgimiento estuvo lleno de visiones, pasiones y peregrinajes. Luchar y morir por la Fe, esperando ser recompensado para la eternidad era también una muy poderosa motivación para ir a las cruzadas. Y un ejército fanático y motivado puede hacer frente a otros mayores y sufrir grandes padecimientos. Sobre este aspecto hay que destacar la “Plaga del Cornezuelo”. Grandes hechos sociales fueron producto del consumo de pan infectado por cornezuelo (Plant, 2001:134). Todo esto parece anecdótico, pero parece que fue un factor importante en la intensificación de la Fe en la época.

Fundación de la orden del Temple

En 1118, Hugo de Payns fundó, junto con ocho caballeros, la Orden de los Caballeros Templarios, estos, desde su sede en el Templo de Salomón en Jerusalén, se encargarían de proteger a los viajeros que venían de Europa para visitar los Santos Lugares. Los templarios así aseguraban la posibilidad de peregrinaje y colaboraban con los nuevos gobernantes cristianos para mantener seguros los caminos. Los templarios hicieron los votos tradicionales: castidad, pobreza y obediencia más el de defensa de los Santos Lugares y ayudar a los peregrinos con las armas. Su atavío era una túnica blanca adornada con una cruz roja.

La orden de los Templarios se enriqueció rápidamente. En pocos años se constituyeron en el poder político-económico-militar más grande de su época. Todo el mundo quería favorecerles siempre a través de donaciones. También eran comerciantes y banqueros, propietarios de grandísimas haciendas y lugares que sembraron de encomiendas, castillos y templos. También se afirma que fueron los impulsores de una arquitectura, un arte y una música singulares y el medio para el intercambio de conocimientos entre culturas. Contaban con su propia flota de barcos y su poder se extendía por casi toda Europa, en especial dentro de España, donde habían demostrado ser la mejor fuerza militar a la hora de enfrentarse a los musulmanes (Scott, 2002: 154).

Leyendas templarias

Entre la realidad y la leyenda se encuentra los siguientes hechos:

Según Richard Andrews y Paul Shellenberger en su libro La tumba de Dios los templarios durante su estancia en Jerusalén encontraron la tumba y el cuerpo de Jesús y lo llevaron a Francia (al monte Cardou) cerca de Rennes-le-Chateau (Languedoc galo) para que no la profanasen los musulmanes y para que la fe de los cristianos no se perdiese.

Se dice que los templarios llegaron a América antes que Cristóbal Colón (existen cruces templarias en la América precolombina). La cultura Huaxteca y la Huichol tienen una deidad llamada Ehécatl (representado con una cruz templaria), es el dios del viento, que arremolina los caminos trayendo las nubes de los cuatro rumbos del universo. Es así mismo, el héroe cultural que otorga al hombre la semilla del maíz y es el maestro de todas las artes. Colón partió del puerto de Palos en 1492 con cruces templarias en su velamen ¿Por qué lo hizo? También se dice que rendían culto a la Diosa de la Tierra en la forma de la Virgen María y a su hijo, el Hombre Verde, en la forma de Jesús.

Se dice que los templarios eran custodios del Santro Grial. La leyenda proviene de la historia de José de Arimatea. El santo grial aportaba conocimiento y poder a quien lo poseyera. Este cuenco sagrado sana y hace posible el acceso a la divinidad. Los Templarios asumieron la protección simbólica del Grial, considerando su misión evangélica por encima del credo de la Iglesia Romana. Los templarios fueron incorporando a su cosmogonía las tradiciones idealizadas a través de las leyendas de los míticos personajes de la Corte del Rey Arturo y sus Caballeros de la Tabla Redonda.

También era llamado “Bafomet”, una cabeza de madera y metal, dicen, capaz de contestar cierta y pragmáticamente a una serie de preguntas que se le hacían. Un objeto de adoración sacrílega aprendido de la secta de los hashishins. Era descrito como una cabeza barbuda con corona. El ‘Baphomet’, era un símbolo de carácter esotérico que, junto con los demás símbolos de los Templarios, se interpretaron en aquella época como representaciones plásticas de su herejía y desviacionismo. Así, por ejemplo, un escudo del Temple representaba a dos Caballeros compartiendo la grupa de un caballo, como signo de pobreza y dualidad en la única senda verdadera: sin embargo, esto hizo nacer en las mentalidades de aquellos tiempos que tal representación era el símbolo de la sodomía.

A los templarios, objetos de la imaginación ocultista desde entonces, se les atribuye también una «doctrina secreta». Se cree que cada caballero, en el momento de su muerte, transmite un secreto a un iniciado.

Sus relaciones con la secta de los asesinos y otros

Los caballeros templarios tenían buena amistad con los ismaelitas y los sufies. Los templarios pensaban que si iban a vivir toda su vida en Tierra Santa tenían que tener una buena vecindad y establecer algún tipo de relación diplomática, incluso amistosa. Así que estudiaron árabe, tuvieron auxiliares musulmanes (turcoples) y estudiaron los avances científicos árabes. La conexión entre los sufíes y los templarios es que construían de la misma manera ya que sus edificaciones son octogonales. Tenían sobre todo una estrecha relación con la secta de los asesinos, unas relaciones confusas de ayuda por parte de los templarios a estos infieles (esta es la conexión para que los templarios utilizaran el cannabis al igual que las secta y conocieran sus secretos, estos pasarían luego a las sedes que tenían los templarios en Europa, de estos pasaría luego a las sociedades secretas). Curiosamente los templarios e ismaelitas llevaban en sus uniformes los mismos colores: rojo y blanco. Los primeros usaban cruz roja y manto blanco, mientras que los segundos un cinto rojo y una túnica blanca. Los templarios permitían orar a los miembros de esta secta en el antiguo oratorio de La Roca.

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Se les ha llegado a implicar en la conjura de la muerte de Conrado de Monferranti que fue asesinado por la secta, para favorecer a su contrincante, Guido de Lusignan, defendido por los Templarios. Se habla también de unos tributos que la secta les había pagado a los Templarios (Scott, 2002: 158). La secta de Los Asesinos era un reflejo de su propia imagen en el otro lado del campo de batalla. Es muy posible que los contactos con esta secta oriental hiciese germinar la semilla de la supuesta herejía en el seno de la orden del Temple.

Según dejó escrito Guillermo de Tiro sobre la secta de los asesinos:

“A lo largo del maestrazgo de Odón de Saint Amand, comenzó a actuar en las tierras árabes un personaje al que llamaban Sinan, “el Viejo de las Montañas”, que era el jefe de la secta de los Haxixins. Se decía que éste gobernaba sobre más de veinte aldeas y 60.000 ismaelitas, entre los cuales destacaban los guerreros más renombrados del mundo islámico. Todos ellos habían cimentado su fama en base a una gran habilidad, una fuerza descomunal y una astucia propia de las alimañas del desierto. Al parecer las tres preciadas cualidades venían dadas por el consumo de haxix. Gracias a éste podían ser capaces, no sólo de las virtudes que ya he mencionado, sino de poder disfrazarse de siervos o señores, según les conviniera, o de conseguir hablar todos los idiomas de la región. Un conjunto de ventajas prodigiosas que les permitía introducirse traicioneramente en el mismo hogar de sus enemigos, a los que terminaban por dar muerte de la forma más cruel.” (Barceló, 2002: 40)

La secta de los hashishins eran seguidores de Hassan-Ibn-Sabbah, “el Viejo de la Montaña”. Éste habría instaurado todo un movimiento religioso islámico entre los persas, enemigos tradicionales de los árabes. Les caracterizaba a sus seguidores la búsqueda de estados alterados de conciencia para poder tener un contacto más directo con Dios. Esto lo conseguían con el consumo de hachís (véase Cannabis Magazine 77 y 78). Los templarios tuvieron mucho contacto con ellos, incluso fueron aliados suyos en contra de los árabes. Los templarios también consumieron hachís como medio de acceso a saberes ocultos. Esto, más el sufismo y sus derviches, sirvió a los templarios para establecer y transmitir un conjunto de prácticas, conocimientos y creencias que será la base de la mística del Renacimiento. Este conocimiento pasó a los alquimistas europeos, a los rosacruces y después a los ocultistas más influyentes del siglo XIX. Estos saberes que hasta ahora sólo están a disposición de muy pocos iniciados (masones entre otros).

A partir de entonces se esparcieron por Occidente los nuevos ritos de los Templarios, asumiendo para si la tradición cónica que, en su día, desarrolló el gran profeta y filósofo medo Zoroastro, que reorganizaron los maniqueos, y que se propagó paralelamente al auge creciente del cristianismo.

Eran amigos de los drusos, un pueblo con una regla secreta y que adoraban a un ternero. El drusismo es una religión secreta e iniciática cuyo fundador es Al-Hakim, califa ismailí de la rama fatimí. El drusismo en la actualidad cuenta con más de 500.000 fieles repartidos por Siria, Líbano e Israel. Los drusos rechazan todo proselitismo y no admiten la conversión. Se nace druso. El drusismo es un cisma del ismailismo que proclama la divinidad de Al-Hakim y elabora una religión monoteísta y universalista, basada en el esoterismo. Afirma la unidad de todas las religiones. Los drusos creen en la reencarnación, en la migración de las almas de un cuerpo a otro.

Eran también amigos de los cátaros e incluso se dice que los cátaros eran en realidad templarios. estos protegieron a los cátaros de la Inquisición.

Otra leyenda afirma que los templarios habían roto relaciones con el Priorato de Sión, orden secreta encargada de proteger a los descendientes de Jesús y María Magdalena (la dinastía merovingia que ocupó el trono real de Francia). Por tanto, se cree que dentro de la Orden existía una corriente iniciática que abrazó las creencias gnósticas.

Fin de los templarios

En 1172 se originó una situación irritante para Amalarico (rey de Jerusalén); el llamado “Viejo de la Montaña”, nombre que los francos daban a Rashid ed-Din Sinan, el líder del momento de los ismaelitas, pidió una tregua para llegar a un acuerdo y considerar su conversión al cristianismo. Este acuerdo consistía en que si se convertían al cristianismo dejarían de pagar tributos a los templarios. Los delegados ismaelitas fueron a buscar a su líder para explicarle el asentimiento del rey a sus propósitos pero más allá de Trípoli. Unos templarios capitaneados por Gualterio de Mesnil y siguiendo las órdenes del Maestre, les prepararon una emboscada y los degollaron a todos. Amalarico, furioso y horrorizado por lo sucedido pidió a Odón de Saint-Amand que le entregaran al culpable, a lo que éste le contestó que “a Gualterio, que era un caballero de mala fama y estúpido, sólo lo podía juzgar el Papa”. El rey se dirigió a Sidon, donde se hallaba Gualterio, y le hizo prisionero ante la mirada atónita de sus compañeros. Amalarico furioso proyectó pedir al Papa la disolución de la orden de los templarios.

Años después Jerusalén es tomada por Saladino en 1187, este será el principio del fin de los templarios. Los Templarios y los Hospitalarios fueron ejecutados. El rey de Jerusalén y sus notables fueron hechos prisioneros.

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Cuando abandonaron Tierra Santa su cometido de proteger los santos lugares había dejado de tener validez y su extraordinario poder empezó a inquietar al rey de Francia. Tenía mucho miedo a que, ahora desocupados de sus labores que cumplían en tierras santas, crearan un poderoso ejército a sueldo de sus enemigos. Felipe IV “El Hermoso”, encargará a Guillaume de Nogaret, hombre violento y sin escrúpulos, urdir un complot y eliminar a los templarios. Como estos dependían directamente del Papa, hubo que construir una acusación sobre hechicerías y herejías.

El 13 de octubre de 1307, 15.000 templarios franceses fueron encarcelados y torturados. Fueron condenados por haber renegado de Cristo, haber escupido tres veces sobre la cruz, cuando entraban a formar parte de la Orden recibían 3 besos (en la boca, en el culo y en el ombligo), practicar la sodomía, adorar a un ídolo que “tiene cabeza humana y lleva una gran barba”. Fueron torturados para confesar su heregía pero no confesaron nada; así en Francia 4.000 templarios fueron quemados y sus riquezas pasaron al rey de Francia Felipe IV. El 22 de marzo de 1312 con Clemente V desaparece la Orden.

Consumo de cannabis por parte de los templarios

Los templarios alcanzaban estados altos de conciencia después de consumir las cantidades requeridas de cannabis (Bennett, 1995). La “cabeza” (el ídolo) de los templarios, también podía ser un caldero donde los caballeros bebían una especie de bhang, su “santo grial” (ya que también se dice que eran guardianes del Santo Grial Grial). Se dice que los templarios custodiaban el santo cáliz. En sus mesas había un cáliz donde cada uno de ellos tomaba lo que creía necesario. Este alimento saciaba su hambre material como espiritual. Los cruzados utilizaban el cannabis para tratar la locura, la histeria, la epilepsia (ya que no la consideraron como una posesión demoníaca sino una enfermedad controlable gracias al cannabis), la hidrofobia, el tétanos y el cólera.

Los caballeros templarios fumaban o consumían hachís, mencionado en algunos escritos de Oriente Medio como la “carne de Khadir”. A través de un consumo sacramental de la carne de Khadir los templarios estaban capacitados para expandir adecuadamente sus conciencias (Amaru Pinkhan, 2006:109). Khadir en Europa es más conocido en la Edad Media como el Hombre Verde. El hijo de la Diosa Madre Tierra ha sido venerado durante miles de años y conocido por diversos nombres como Dionisos, Tammuz, Adonis o Atis.

Khadir o Al-Khadir también llegó a conocerse como Hudr, Kisir o Hizer. Mantiene la leyenda de que podía llegar a convertir a un humano en inmortal. Consumir cannabis daba la posibilidad a sus adeptos a transportarse ante la presencia del Hombre Verde.

La experiencia con el Khadir era la misma que la revelación de Dionisos ante sus seguidores griegos, tales como el sentimiento tangible de una conciencia que prevalecía sobre todas las cosas, o la presencia de un testigo eterno que observa perpetuamente toda existencia tridimensional desde un imperio trascendente. Esta experiencia fueron mencionadas por místicos sufíes y árabes y profetas judíos que lo llamaron el “Eterno Observador”.

¿Es cierto todo esto? ¿Se podría de alguna forma confirmar? Bien, existen cabezas de Hombres Verdes en capillas templarias con en Rosslyn en Escocia, que por suerte visité en agosto del 2010. Los templarios identificaron además a Al-Khadir como un sinónimo de su caballero patrono, San Jorge, que era una forma evolucionada del Hombre Verde (el nombre de Jorge proviene de Geo que significa “tierra”). Al-Khadir presenta también algún punto de semejanza con San Jorge, y en relación con esto y como patrón de los viajeros, nos encontramos con una figura que es probablemente la de al-Khadir en un relieve tallado sobre la puerta de una parada de caravanas en la carretera entre Sinjar y Mosul, del siglo XIII; la figura está nimbada, y está clavando una lanza en la boca de un dragón escamoso.

Los templarios experimentaron a Khadir-Jorge, como el Caballero Verde, una figura de la leyenda del Grial que juega un importante papel en el poema medieval conocido como Sir Gawain y el caballero Verde. Iconográficamente a Khwaja Khizr se le representa como un hombre viejo, que tiene el aspecto de un fakir, vestido enteramente de verde, y que se mueve en las aguas con un «pez» como su vehículo.

La leyenda de Khadir está ligada al simbolismo del Agua de la Vida (Aquae Vitae), la Bebida de la Inmortalidad que se encuentra en diferentes tradiciones con otros vocablos, como haoma avéstico o soma védico. Todos estos elixires simbolizan el verdadero conocimiento divino, esotérico y matutino. En las novelas medievales la búsqueda de esta supraconciencia se confunde con la conquista caballeresca del Graal, copa sagrada que contiene la sangre de Cristo, modalidad cristiana de la Bebida de la Inmortalidad como la “Leche de la Virgen”, en la misma simbólica que, en la misma época, resignábase metafóricamente a la Vía Láctea, polo celeste de los Caminos de Compostela.

BIBLIOGRAFÍA

  • Barceló, E. (2002) Los templarios. Madrid: EDIMAT Libros S.A.
  • Scott, C. (2002) El santo grial. Madrid: Edimat Libros, S.A.
  • Plant, S. (2001) Escrito con drogas. Barcelona: Ediciones Destino S.A.
  • Amaru Pinkham, M. (2006). Los guardianes del Santo Grial. Barcelona: Ed. Robinbook.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.