Continuamos con el montaje y uso básico de este sistema de cultivo utilizando arlita como sustrato. Dentro de las diferentes soluciones llave en mano que analizaremos en esta serie, éste puede ser el que más “solera” tiene, ya que lleva usándose más de 20 años en todo el mundo. Sólido, estable y sencillo, es ideal tanto para principiantes como para cultivadores avanzados, si bien su precio es acorde con su capacidad.

Fotos y Texto: Luis Hidalgo

Tras el montaje y puesta en marcha inicial del sistema, pasamos a ver el régimen nutricional “general” a utilizar a lo largo del cultivo, pero, antes, vamos a recordar algunas características de éste, comunes a todos los sistemas hidropónicos. Por un lado, se elimina la realización del laboreo, ya que se prescinde del suelo. De la misma manera, permite cultivar en invernaderos con problemas de suelo, en el que sería muy difícil llegar a buen fin, a causa de nemátodos, suelos susceptibles de encharcarse, salinos, o pedregosos, etc. Además, supone un incremento de producción frente a un mismo cultivo en el suelo.

Esto es así, ya que las plantas se encuentran en unas condiciones de nutrición ideales, de forma que apenas hay gastos de energía por parte de la planta en la absorción radicular. No existen problemas de bloqueos y antagonismos entre los elementos nutritivos, optimizando todo el potencial productivo de los cultivos.

Buenas condiciones, cultivos eficientes

Hay que indicar, que, para que verdaderamente esto se produzca, el resto de factores productivos (temperatura, humedad relativa del aire, luz, frecuencia de aporte de agua, nivel carbónico y estado sanitario) deben estar en unos valores adecuados. Imaginemos qué ocurriría si un cultivo recibiera una óptima solución nutritiva y, sin embargo, se encontrase con una temperatura de 40ºC, una humedad ambiente del 15% y con exceso de vatios durante muchas horas. La respuesta es sencilla: el cultivo detendría su crecimiento debido a un cierre estomático (se defendería para evitar una fuerte deshidratación), aparte de las pérdidas por caídas de flores, malos cuajados, etc. El cultivo se vería afectado, independientemente de la idoneidad de la solución nutritiva.

Otro factor a favor del cultivo en arlita, es la rapidez de engorde y maduración, con una precocidad de hasta 10 días frente a un mismo cultivo en suelo y en las mismas condiciones climáticas, ya que la facilidad de absorción de la solución nutritiva, y la escasa energía dedicada a ello, potencian también este aspecto. También, al prescindir del suelo y cultivar en sustratos esterilizados por su propio proceso de fabricación, se garantiza la sanidad del sistema radicular.

Como efecto beneficioso para el medio ambiente, se eliminan los vertidos de lixiviados al suelo, ya que deben ser recogidos para ser aprovechados de nuevo, bien en la misma explotación (recirculación), o bien en explotaciones ajenas (reutilización). Este aspecto no es superfluo, ya que el volumen total de lixiviados recogidos en nuestras condiciones de cultivo, lo podemos situar entre 450 y 500 l/m2 y año para dos cosechas. Además, la composición cualitativa de estos lixiviados arrojan un alto contenido en nutrientes, nitratos entre ellos, que, de no ser recogidos, supondrían una pérdida importante de abonos y un factor grave de contaminación y salinización. De esta forma, puede haber un ahorro en fertilizantes y agua, al ser aprovechados de nuevo en la misma explotación o en una secundaria.

Por último, es básico conocer las características químicas del agua de riego. Hay que saber qué elementos nutritivos aporta por sí misma, para añadirles las cantidades que falten de cada elemento nutritivo hasta alcanzar los valores que deseen. Se debe partir con un agua de riego baja en sales. Esto permite incorporar los principales abonos y ajustar adecuadamente la solución nutritiva. Al trabajar sin suelo, todas aquellas condiciones hostiles para la planta, como el exceso de conductividad del agua, se reflejarán inmediatamente, e irán en detrimento de los objetivos buscados de calidad y cantidad

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Comida para la familia

En el capítulo anterior dejamos el sistema montado y listo para funcionar. La próxima etapa es distribuir la solución nutritiva, agregar una pizca de Mineral Magic, para prevenir patógenos, aunque podemos sustituirlo por agua oxigenada a razón de 100ml por litro de agua. Todo está listo para plantar. Cuando el sistema comience a funcionar, lo primero es realizar un chequeo completo para comprobar que todas las conexiones estén bien ajustadas y evitar fugas.

Haciendo un inciso, el mismo fabricante también comercializa sistemas “llave en mano” para la producción de esquejes, como el CuttingBoard o el WaterFarm, donde se puede mezclar 50% de agua del grifo con 50% de agua desmineralizada o de lluvia. El uso de estos sistemas de enraizamiento y propagación producen clones con un desarrollo radicular espectacular y óptimo para su uso posterior en el Dutch Pot con arlita.

Recordemos que el sistema nutricional recomendado es el Flora-Series o el One Part. Estos fertilizantes también se pueden utilizar en tierra, utilizando sólo la mitad de esta concentración para regar una vez de cada dos.

FloraGro FloraMicro

FloraBloom

Esquejes 1 1 1
Etapa vegetativa 3 2 1
Etapa de floración y fructificación 1 2 3

Atención: se trata de un equilibrio, no es una relación volumen / volumen.

En hidroponía, los niveles de electro-conductividad (EC) recomendados son los siguientes:

Esquejes 0.4 a 0.8 EC

Etapa vegetativa 1.6 a 2.0 EC

Etapa de floración y fructificación 1.6 a 1.8 EC

Últimos días antes de la cosecha: añade únicamente agua con el pH ajustado, sin abono, o bien utiliza Ripen. Para obtener la EC favorable, la forma óptima es usando un lector digital. Si no dispones de uno, he aquí una manera relativamente eficaz de hacerlo:

 – utiliza un cubo graduado (10 L o 20 L)

– para dosificar, usa un tapón de botellas de 0,5L o de 1L: 1 tapón = 10mL

– para 20 L de solución: 1 tapón de FloraGro + 2 tapones de FloraMicro + 3 tapones de FloraBloom

= EC 1.00 a 1.50 según la calidad del agua

– con la ayuda de un test indicador de pH, asegúrate que el pH esté comprendido entre 5.5 y 6.5. Corrige con la ayuda de pH Down (ácido) o de pH Up (base).

 Nota: Estos abonos están concentrados hasta el punto de cristalización. Se necesita muy poco para una cosecha completa: para evitar cualquier precipitación cuando hagas las mezclas, hay que lavar cuidadosamente el medidor entre su uso para cada componente. El agua de las ciudades es, a menudo, muy dura, por lo que se recomienda cambiar la solución cada 10 a 15 días. Entre riegos, no dudes, lo ideal es utilizar agua sin abono, pero siempre con el pH ajustado.

Preparación y uso de la arlita

Si bien ya comentamos el manejo básico de la arlita, vamos a retomar el tema brevemente. Aunque se puedan utilizar arlitas de obra, u otras no diseñadas específicamente, hemos obtenido excelentes resultados con las bolas de arcilla expandida de la marca Grorox, que ya vienen muy limpias y es un substrato reutilizable durante varias cosechas seguidas y reciclable. Existe en varias calidades: las mejores son las que ya tienen el pH ajustado (que no influye en el pH de la solución nutritiva).

En cualquier caso, antes de la utilización:

Aclara las bolas de arcilla para limpiarlas de cualquier residuo que puedan contener. Es preferible controlar siempre el pH: pon algunas bolas en un vaso de agua con el pH ajustado a 6.0, dejándolas reposar durante una hora, midiendo después. Si el pH es más alto de 7.0, déjalas en remojo en una solución de ácido fosfórico o nítrico (o en nuestro pH Down, líquido o en polvo) durante toda la noche. Acláralas bien y estarán listas para usar.

Después de la cosecha, por lo general es suficiente lavarlas bien: quita las raíces, pon las bolas de arcilla en un recipiente, lava y aclara correctamente antes de utilizarlas nuevamente

Si es necesario, en caso de enfermedad o infección, es recomendable esterilizarlas en un ácido fuerte (pH Down líquido o en polvo), aclarándolas abundantemente. Para asegurar un mejor contacto entre el substrato y las raíces, GHE propone una mezcla especial “Hydro”, compuesta de bolas de arcilla de 4/8 y de 8/16 mm, que es neutra.

Por regla general recomendamos cambiar completamente su solución nutriente en intervalos de 10 a 15 días, esperando a que el nivel de la solución esté muy bajo, vaciando los tiestos en el depósito que después se vaciará poco a poco. En lugar de tirarla, esta solución se puede utilizar para regar sus plantas en tierra, un riego de cada 3, y se volverán más bonitas. Para acabar, se destapan los inyectores y se llena el depósito con agua para hacer una nueva solución nutritiva.

En definitiva se recomienda una limpieza profunda antes de cada nueva cosecha para evitar enfermedades y optimizar el funcionamiento del sistema.

En la próxima veremos otro sistema de cultivo en arlita, que, en este caso, funcionará con riego por inundación y vaciado. Es compacto, transportable y ampliable, y es conocido como “Wilma”. Hasta entonces, un saludo.

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Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.