Un nuevo estudio científico muestra que el cannabis terapéutico estabiliza la calidad de vida y no afecta al rendimiento psicológico de los pacientes

Según una nueva investigación científica, realizada desde el departamento de Ciencia e Innovación de la fundación ICEERS, y patrocinada por Fundación CANNA y Fundació Alchimia, la utilización de cannabis medicinal en pacientes con enfermedades crónicas podría ayudarlos a mantener un nivel de calidad de vida relativamente estable. Del mismo modo, el estudio, cuyos resultados se han publicado recientemente en la revista Phytotherapy Research, concluye que el cannabis terapéutico resulta bastante seguro desde un punto de vista neuropsiquiátrico, contribuyendo a reducir el uso de medicamentos de prescripción médica.

Ante la escasez de informes en la literatura científica que evalúen los efectos a medio-largo plazo del uso de cannabis en variables psicológicas y de calidad de vida, ICEERS decidió llevar a cabo un estudio longitudinal para cubrir este vacío. Durante un período de un año, los investigadores realizaron un seguimiento a una muestra de casi 70 pacientes con enfermedades crónicas que utilizaban cannabis como tratamiento de sus síntomas.

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Las principales enfermedades por las cuales los usuarios estaban haciendo un uso terapéutico de cannabis fueron el virus de inmunodeficiencia humana o VIH, fibromialgia, dolor crónico y epilepsia. Para la realización del estudio, se contactó con diferentes clubes de cannabis y se invitó a participar a aquellos miembros que hicieran un uso terapéutico de la planta. Los participantes completaron cuestionarios sobre calidad de vida, personalidad, salud mental y rendimiento neuropsicológico. Asimismo, se les preguntó sobre sus patrones de uso de cannabis (cantidades utilizadas, vías de administración, etc.). Estos cuestionarios se aplicaron cada cuatro meses.

Un sistema ineficiente

En palabras de José Carlos Bouso y Genís Oña, autores del estudio, «en el Ágora de Derechos Humanos que organizamos desde ICEERS, observamos que los pacientes se enfrentan de manera sistemática a un sistema muy ineficiente y extremadamente lento a la hora de propiciar el acceso a cannabis medicinal, cuando ellos necesitan algún remedio de manera urgente».

En España, tan sólo los pacientes con esclerosis múltiple pueden acceder a Sativex (fármaco con proporción 1:1 de THC y CBD) como tratamiento de segunda línea para la espasticidad. En este contexto, «pacientes con otras enfermedades utilizan cannabis dentro de un marco regulatorio peligroso, exponiéndose a distintos riesgos: aquellos asociados a un producto elaborado y distribuido dentro de un mercado informal; una falta de asesoramiento médico experto; estigma social por hacer uso de una planta considerada “droga ilegal”; y ausencia de marco legal, lo que supone posibles repercusiones como, por ejemplo, sanciones administrativas», añaden los autores.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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