Los canadienses mayores de 18 años (o 19 según la provincia) pueden ahora fumarla en público

Canadá, primer país del G7 en legalizar la marihuana y segundo a nivel mundial después de Uruguay, está liderando a nivel global el boom de la industria del cannabis, tanto para tratamiento médico como para uso recreacional, y que incluye no sólo el pot, sino galletas, esencias, aceites y bebidas con infusión de cannabis.

Con la histórica legalización en octubre pasado se puso fin a 95 años de prohibición, se acabó la penalización por portación de la hierba y se dio luz verde a esta nueva industria que busca arrebatarle ganancias al mercado ilegal, ya que diariamente el crimen organizado en Canadá se embolsa 20 millones de dólares en el mercado irregular de marihuana, según lo afirmó el ex jefe de la policía de Toronto, Bill Blair, ahora ministro de Seguridad Fronteriza y Reducción del Crimen Organizado.

Los canadienses mayores de 18 años (o 19 según la provincia) pueden ahora fumarla en público, portar hasta 30 gramos y cultivarla en casa en no más de cuatro plantas. La nueva ley (Cannabis Act) permite que los turistas en Canadá puedan comprarla, siempre y cuando la consuman durante su estancia y no viajen con el producto.

Es muy bueno que podamos comprar marihuana legalmente, pues así no estás expuesto al crimen y tienes la garantía de fumar un producto de mayor calidad”, dijo a EL UNIVERSAL la turista chilena Lia Villavicencio, de 28 años, quien puntualizó que el legalizar la marihuana “ayudará a que la gente no tenga prejuicios por algo natural y que se pueda comprar en una tienda como cualquier otro producto sabiendo que tiene más calidad porque si lo compras en la calle te expones a que te den marihuana sintética”.

Villavicencio consideró “justo” pagar impuestos por la compra legal del cannabis porque “para qué dárselo al narcotráfico si lo podemos regresar a los canadienses”.

Adolfo Torres, de 30 años y también turista chileno, dijo al salir de la tienda Tokyo Smoke, ubicada en el centro de Toronto, que compró 3.5 gramos (42 dólares) de cannabis sativa (12 dólares por gramo) porque “me da más energía y me potencia lo que yo quiero; la indica es más relajante, contiene más CBD, en cambio la sativa contiene más THC y es más psicoactiva”.

Resaltó la gran variedad de marihuana que encontró en las tiendas canadienses, como hybrid, gorilla glue, pink kush, blue dream, rockstar y white widow. Los jóvenes canadienses ocupan el primer lugar a nivel mundial en consumir la hierba, mientras que el consumo nacional asciende a 5.4 millones, lo que se espera que crezca con la legalización y el crecimiento de tiendas de cannabis, que también se vende a través de internet. El precio por gramo de cannabis legal oscila entre 10 y 14 dólares, según la provincia. En el mercado ilegal, el gramo cuesta entre 8 y 10 dólares, pero los canadienses se inclinan a pagar más por un mejor producto.

La vendedora de Canna Cabana, Shiela Rubby, dijo que su tienda vende una gran variedad de productos derivados del cannabis, como marihuana sativa, indica e híbrida, aceites, cápsulas. “Todo mundo está disfrutando de esta legalización que les permite conocer más sobre el producto que están comprando, están mejor informados sobre la gran variedad y de dónde viene”, precisó.

Creciente entusiasmo
En los primeros cinco meses y medio después de la legalización del cannabis, el gobierno federal obtuvo 186 millones de dólares (2 mil 686 millones de pesos) por impuestos especiales y generales directamente relacionados con la venta de cannabis, según cifras de Statistics Canada. El organismo oficial de estadísticas prevé que los canadienses consumirán 734 toneladas métricas de marihuana de aquí al año 2021, lo cual podría generar unos 618 millones de dólares en ingresos fiscales.

Frente a un volumen creciente de entusiastas consumidores de todas las edades y el interés de liderar el mercado internacional, la nueva industria “verde” en Canadá registra un boom no sólo en sus 185 licencias y tiendas (físicas y en línea), que se disputan el mercado, sino en firmas de licores o agricultores que están dando un giro a su producción. Incluso hay entregas a domicilio. La empresa  Weedmaps, o el Uber de la marihuana, es el directorio en línea y la  red social más grande del mundo para usuarios de marihuana medicinal y recreativa.

La compañía estadounidense Constellation Brands Inc., que produce cervezas y vino, invirtió 4 mil millones de dólares en la empresa canadiense Canopy Growth Corp., una de las grandes productoras de cannabis a nivel mundial y que el año pasado alcanzó 171 millones de dólares en ventas. Las compañías cerveceras prevén que la “atracción” por fumar marihuana libremente podría hacer que decaigan las ventas de estas bebidas, por lo que prefieren sumarse a esta nueva industria psicotrópica. La empresa Lagunitas, subsidiaria de Heineken, está comercializando su bebida Hi-Fi Hops de agua espumosa con infusión de THC (Tetrahydrocannabinol), el ingrediente psicoactivo del cannabis. Canopy Growth, una de las más grandes firmas canadienses de cannabis, tiene en Colombia la subsidiaria Spectrum Cannabis Colombia e invertirá en los próximos años 60 millones de dólares para invernaderos, fábricas de producción e investigación. La subsidiaria producirá aceites y otros productos médicos de marihuana en lugar de hierba para fumar.

Empresas canadienses, como Jamaican Medical Cannabis Collective, que importa cannabis para tratamiento médico de enfermedades como leucemia, cáncer y enfermedades mentales, han manifestado su interés en importar la hierba de México, por la cercanía geográfica y por ser socio del tratado comercial de Norteamérica, T-MEC, siempre y cuando las regulaciones pertinentes sean claras. Asimismo, una de las principales productoras canadienses de cannabis, Aurora Cannabis, estableció una alianza en diciembre pasado con la empresa mexicana Farmacias Magistrales, que tiene licencia para comercializar cannabis para tratamiento médico. Manos mexicanas en cultivo legal de marihuana.

Manos mexicanas en el cultivo
En las granjas canadienses el cultivo de marihuana se está generalizando con firmas como Canna Farms en Columbia Británica y 48North en Ontario, no sólo en invernaderos, sino a campo abierto durante el corto verano. La granja 48North adelantó que plantará 250 mil plantas de marihuana en exterior porque “crece más rápido y grande” y que empleará a unos 200 trabajadores temporales. Un jornalero mexicano reportó que sabe que al menos cuatro connacionales están cultivando cannabis en una granja del pueblo Jordan, cerca de las cataratas del Niágara.

Un granjero descendiente de mexicanos, quien prefirió omitir su nombre, comentó que en su granja donde cultiva frijol de soya en la región de St Catharines, cerca de Niágara, estableció un invernadero donde canadienses con licencia cultivan plantas de marihuana para tratamiento médico personal. “Les rento el invernadero a cuatro canadienses y ellos cultivan sus plantas de marihuana y luego procesan el cannabis para fumarlo o hacer galletas, lo que les ayuda contra enfermedades como la depresión y falta de sueño”, detalló.

Minorías demandan mayor inclusión
El inmigrante peruano Miguel Avila, quien consume regularmente marihuana como tratamiento médico para controlar su depresión, dijo a EL UNIVERSAL que es necesario que los pacientes tengan acceso a clínicas de abastecimiento.  “Consumo marihuana para controlar mi ansiedad desde hace más de tres años y los beneficios son tremendos, increíbles, pero con la legalización se han cerrado algunos dispensarios donde los pacientes nos abastecíamos a precios más accesibles”, señaló.

El cofundador del organismo internacional CopWatch (vigilancia ciudadana de abusos policiacos) agregó que el dispensario donde él se abastecía en el centro de Toronto era administrado por indígenas canadienses y lamentó que ellos hayan quedado fuera con esta moderna comercialización del cannabis. Lorraine White es propietaria de Seven Leaf Medical Cannabis, la primera y hasta ahora única licencia para producir cannabis de las llamadas Primeras Naciones (indígenas canadienses), dijo que los pueblos aborígenes quieren participar en esta industria que les permita generar recursos para programas sociales.

“Los indígenas también queremos participar en la producción y venta del cannabis como una oportunidad para el desarrollo empresarial, comunitario, en salud y educación en nuestras comunidades del norte”, agregó la indígena de Akwesasne Mohawk Territory.

Seven Leaf cultiva marihuana en la reserva indígena del norte de Ontario (Cornwall Island). El invernadero tiene cuatro salas con 700 plantas cada una. Recientemente cortaron su tercer cosecha desde que obtuvieron su licencia en octubre pasado. Ya solicitaron la ampliación de su plantación a ocho salas más y su licencia para poder vender a nivel nacional e, incluso, internacional.

Paralelamente al crecimiento de esta industria persisten las dudas y preocupaciones sobre el daño del agente THC que ahora es más potente y puede causar daños irreversibles sobre todo en los más jóvenes. La Senadora Rosa Gálvez, quien participó en el diseño de la Ley del Cannabis (C-45), explicó que en los últimos años “el cannabis ha adquirido gran potencia debido a las nuevas plantas del sexo femenino genéticamente modificadas que elevan la concentración de 4% a 30%”.

También persiste la duda sobre si la legislación terminará con la estigmatización por posesión de cannabis en comunidades marginales. Akwasi Owusu-Bempah, sociólogo de la Universidad de Toronto, explicó a EL UNIVERSAL que antes de la legalización había tres veces más detenciones por posesión de marihuana entre los jóvenes indígenas o de raza negra que entre jóvenes de raza blanca. “Quizá esta “racialización” no terminará con la nueva legislación”, aseguró.

Sin embargo, mientras Canadá resuelve estos “pequeños detalles”, en el país de la hoja de maple la de marihuana está encabezando una nueva y prometedora industria, que involucra una cadena de negocios de suministro (pipas, papel, etc.).  De esta forma la industria canadiense del cannabis está liderando el mercado a nivel mundial. De acuerdo con reporte del Banco de Montreal, en siete años el mercado global de marihuana legal alcanzaría los 194 mil millones de dólares.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.